En la primera versión de esta performance participó una verdadera prostituta, tranquilamente sentada. La versión de 2006 contó, no ya con una prostituta real, sino con una figurante desnuda que se ocultaba, inmóvil, tras la pancarta. Para la versión de 2010 en Buenos Aires, se trataba de otra performer, esta vez elegantemente vestida, aproximándose a la imagen de “la mujer moderna”. Como novedad de la versión para la Nuit Blanche de París, también de 2010, se presenta en la vitrina de una galería de arte, que recuerda así la exhibición de mujeres en los célebres prostíbulos Ámsterdam. Sólo que aquí ocurre en un evento que atrae todo tipo de público, mientras que la figurante es la galerista misma, cosa que ese público ignora. Además, esta última versión, se reproduce en otros dos puntos, Bruselas y Nueva York, y se difunde al mismo tiempo en varios escenarios más. Claramente, la acción apunta su crítica tanto al ámbito del arte como al de la sociedad toda.