[...] Figuras masculinas yacentes concisas. El espectador asiste a un “transcurrir” horizontal del cuerpo que se calcina en cadencias y repeticiones de superficies cóncavas y convexas. Hay un desmembramiento de la cabeza respecto del cuello que reaparecerá en todas sus obras de los años 70. La figura ha perdido identidad, es una máscara de órbitas vacías y cuello alargado, casi animal.
En Procedimiento el carácter agónico está en las anotaciones del torso y el cuello. El tratamiento pormenorizado de las articulaciones contrasta con el cuerpo horizontalmente “colgado”. Los miembros están atados a una estructura angular que obra como caja de contención y aleja toda referencia de corruptibilidad, anticipatoria de la muerte. Sólo el color la anuncia. La figura torturada se hace intemporal. [...]