[...] Telaraña ya se propone en plano metaestético. Es una de las piezas capitales de Distéfano tanto por los valores propios de la obra como por el lugar clave que ocupa en el desarrollo de su poética.

Pieza de un solo bloque, el volumen se organiza en la virtual columna del torso del que despega en fuerte diagonal, como lanzada, la cabeza en que concluye el cuello fuertemente elongado.

Como un sudario la materia transparente recubre la carne lívida, las laceraciones cárdenas, pero en Telaraña hay una potencia de grito sofocado pero audible, un arresto de vida.

La colada transparente torna equívocos los volúmenes que cubre, el efecto prismático provoca distorsiones que comprometen tanto la audaz resolución estética como la hondura de su significación. Y la tersura de las superficies, el modo en que la materia capta la luz provocando al tacto, empavorece por la seducción macabra de esta pieza magnífica. [...]