Describamos un dibujo: una tumba con su carácter sacro y mortuorio de la que emerge un ser elemental (un animal prehistórico) cuya cabeza es una pinza dentada y en cuyo cuerpo flotan a la deriva fémures, tibias, tráqueas, seres fantásticos; un líquido ígneo contenido por una masa rocosa que surge de un templo volcán. Asistimos a la presencia de los cuatro elementos míticos: tierra, fuego, agua y aire. Relación amorosa donde estos se unen y se separan. Algo es, algo se polariza; lo blando y lo duro; lo líquido y lo sólido; lo estático y lo dinámico; lo interior y lo exterior; lo anterior y lo posterior; lo cálido y lo frío, etc.
Norberto Gómez, 1980