[...] Las paredes de Artemúltiple [...] son las candilejas de una extraña comedia donde los actores dejan momentáneamente sus profesiones (travesti, escritor, pintor, domadora de leones en el circo Rhiling Brothers) para interpretarse en otra dimensión. El elenco es heterogéneo. La equilibrista ignorada, Romero Brest, el propio Saderman, Rogelio Polesello, Enrique Banchs. Rivas vuelve a recordar una frase de Saderman: “Al modelo hay que amarlo u odiarlo, no hay términos medios”.
Hay algo injusto en este arte: el personaje tiene una sola oportunidad al ser retratado. Se elige un fotograma y queda estampado, lo cual, según Rivas, es especialmente lamentable. Hace algún tiempo, con el fotógrafo Carlos Bosch, inició una experiencia: obras que incluyen varias tomas: una secuencia de
imágenes desde distintos ángulos. El retrato posible sería un prisma con varios puntos de vista.
Rivas habla con entusiasmo de sus proyectos –incluso de la posibilidad de hacer cine [...] y reconoce que cada vez se acerca más al modelo, lo que se hace evidente en el retrato del pintor Rómulo Macció, una cabeza de perfil que apenas parece caber en el cuadro. […] piensa [...] en las dificultades del retratista en un medio como el nuestro [...]
[...] recuerda las expresiones del plástico y teórico “gánico” Federico Peralta Ramos al visitar la muestra: “El mejor retrato es el que te toman en el Departamento de Policía”, con lo que Rivas está totalmente de acuerdo.