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Estas piezas fueron adquiridas en los años 60 a iniciativa del director del museo, el crítico Hugo Parpagnoli, con el propósito explícito, según testimonio de la misma artista, de que hubiera en esa colección ejemplos del arte no figurativo producido antes de la aparición de la revista Arturo, que ya entonces se reconocía, como un momento clave. En Yente, carta manuscrita de la artista a Nelly Perazzo, Buenos Aires, 1979, Archivo Del Prete-Yente. También es interesante observar en esta carta, escrita a la entonces directora del Museo Sívori en ocasión de recibir el catálogo de la muestra 100 años de pintura y escultura en la Argentina 1878-1978, editado por el Banco de la Ciudad de Buenos Aires en 1978, y del que Perazzo fue organizadora y autora junto a Adolfo Ribera y a Guillermo Whitelow, como Yente reclama que en esa publicación no se da correctamente cuenta del papel desempeñado tanto por Del Prete como por ella misma en los inicios del arte abstracto argentino. En este tipo de cartas –la mayor parte de ellas no enviadas a sus destinatarios–, la artista asume a un tiempo el rol de historiadora, de testigo privilegiado y protagonista. En la parte de la carta en que se refiere a sí misma, señala que su aparición en el catálogo se limita a un collage de 1963, cuando en el Museo de Arte Moderno –una de las instituciones organizadoras de la exposición de 1978– hay obras que atestiguan su trabajo en la tendencia abstracta desde la década del 30.