Jacques Bedel
(Buenos Aires, 1947)
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Un panorama del siglo XX
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Arquitecto, artista plástico cinético, escultor, artista conceptual.
Nace en Buenos Aires el 7 de agosto de 1947. Su formación artística la debe al apoyo de sus padres y a un ámbito familiar frecuentado por artistas y escritores. En 1965 comienza la carrera de Arquitectura en la Universidad de Buenos Aires; al mismo tiempo inicia su producción plástica de modo autodidacta, sin frecuentar academias o talleres. Desde el principio Bedel se muestra proclive a determinadas temáticas. Éstas, apoyadas por sus investigaciones técnicas, se desarrollan y evolucionan a lo largo del tiempo a través de numerosos trabajos que se nuclean en conjuntos característicos de su producción. En una primera etapa, entre 1967 y 1968, experimenta realizando obras cinéticas que combinan metal o materiales sintéticos con efectos de proyección de luz y color: son las Cromosombras que expone en 1967, en una muestra colectiva en la Galería Pizarro junto a trabajos de artistas como Alberto Greco y Rómulo Macció. Al año siguiente, con sus Opformas, realiza su primera exposición individual en Galería Galatea. En las series Alter ego y El ojo de Dios, desarrolladas entre 1968 y 1969, su investigación óptica recala en el tema de la reflexión, a través del uso de espejos curvos que multiplican y fraccionan la imagen al infinito. Ambos temas, reflexión e infinito, serán recurrentes en la obra de Bedel.
En 1968 gana Medalla de Bronce en el Premio Braque, lo que le vale viajar a Francia con una beca de estudios para desarrollar indagaciones visuales.
En 1969 es invitado a la VI Bienal de París, donde exhibe una obra compuesta por módulos de metal, acompañada por música de Gerardo Gandini: Ciudad para armar. Ese mismo año, Jorge Romero Brest, director del Centro de Artes Visuales del Instituto Di Tella, lo invita a participar en la exposición Luz, color, reflejos, sonido y movimiento, donde exhibe Trece piezas en dos series reflejantes (Espejismos). Estas obras tempranas contienen algunas de las notas que serán distintivas en facetas posteriores: la investigación con los materiales y con los márgenes de la percepción, la fascinación por el reflejo, la atracción por ciertos fenómenos físicos, el desarrollo en módulos y, de modo incipiente, el tema de la ciudad, una verdadera constante en años venideros.
A partir de 1970 comienza a trabajar sobre el concepto de desmaterialización. Primero, mediante la utilización de chapa de acero microperforada; luego, con el metal pulido a espejo, cuyo efecto de reflexión borra, según el ángulo de visión, la volumetría de las piezas. Un ejemplo es Antimateria, presentada en 1970 en la exposición Escultura, follaje y ruidos, en la plaza Rubén Darío. Esta muestra es la primera apropiación del espacio de una plaza por el recién creado CAyC (Centro de Arte y Comunicación): Bedel inicia allí una colaboración de décadas con su director, Jorge Glusberg.
En 1971 gana Medalla de Plata en el II Certamen Nacional de Investigaciones Visuales, con el grupo de piezas titulado Energeia que suman, a los elementos geométricos pulidos, la fuerza de imanes que permiten el desplazamiento de un cuerpo pequeño (unas esferas, un espejo). Como acto de repudio a la censura imperante –Argentina se encuentra bajo un gobierno “de facto”–, se niega a retirar el premio. Ya en estas obras aparece el diálogo entre la materia que adquiere formas geométricas pulidas y el trozo de mármol “en bruto”. Es el inicio de una contraposición que se renueva en Aproximación al infinito e Hipótesis para una prisión (1971), donde combina acrílico y bloques de madera. En La gran Muralla (1971) el acrílico dialoga con bastos bloques de granito. El primero de estos trabajos gana el Tercer Premio de Escultura en el II Salón Artistas con Acrílicopaolini.
En 1972 se gradúa como arquitecto en la UBA. Jorge Glusberg lo vuelve a convocar para Arte ideología, CAYC al aire libre, esta vez en la Plaza Roberto Arlt de Buenos Aires. Bedel presenta Amarras, una intervención del espacio público de talante conceptual: una estructura de sogas, como si las medianeras que rodean la plaza debieran ser ancladas para no ser barridas por el viento. La metáfora es premonitoria: la exposición, que incluía obras de tajante denuncia política, es literalmente arrasada por las autoridades municipales.
Siempre en 1972 y con el CAyC, participa de la muestra experimental Fotografía tridimensional. En diciembre se suma al Grupo de los Trece, núcleo inicial de un colectivo de artistas que más adelante se conocerá como Grupo CAyC. La muestra que lo inaugura, Hacia un perfil del arte latinoamericano, se compone con obras conceptuales, proyectos normalizados con una pauta común y reproducidos en copias heliográficas. Bedel propone allí nuevas Hipótesis, de irónico carácter “destructivo”: la verificación de daños por terremoto en la ciudad de Buenos Aires, la destrucción de una casa, la desaparición del Pico Ojos del Salado en Catamarca: es decir, catástrofes naturales o provocadas que destruirían “construcciones” tanto humanas como de la naturaleza. A ellas opone el Estudio para la restauración de un papel de dibujo. Nota 1 La exhibición inicia una gira internacional que incluye Medellín, Lima, Quito, Pamplona y continúa en años siguientes por diversos países. Las Hipótesis no se desarrollan solo en papel, sino que incluyen maquetas donde se renueva esa propuesta conceptual: Hipótesis para la destrucción del Puente Avellaneda e Hipótesis para la destrucción del Puente de l´Anglois; es decir, la deconstrucción de uno de los íconos tradicionales de la ciudad de Buenos Aires, largamente pintado por los artistas del barrio de La Boca y lo propio para uno de los puentes más característicos de la historia del arte internacional, pintado por Van Gogh. En este mismo año gana el I Premio en el III Salón de Artistas con Acrílicopaolini, con una obra de la serie Æquatio, adquirida luego por el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. En estos trabajos, que continúa a lo largo del año siguiente, la piedra sin pulir y partida, se faceta interiormente con láminas de acrílico, según un patrón matemático.
1973 es un año de producción abrumadora: la denuncia política se renueva en el conjunto de dibujos Los crímenes políticos y en las esculturas de Los desastres de la guerra. Las primeras son obras en papel, diseños de arquitecto que presentan interiores palaciegos, en algunos casos acompañados por una esquemática planta donde yace un cadáver o cae un cuerpo por una escalera. Las segundas, trozos de granito con pequeñas figuras de animales que yacen, luchan, se amontonan o caen, hechas en material sintético mineralizado. También en este año elabora una crítica a la jerarquía eclesiástica: Auto de fe (1973-1974), con obras sobre papel quemado donde el dibujo se integra al trazo del humo que representa los ropajes de santos en la hoguera; la Hipótesis para el bombardeo de la Basílica de San Pedro y el primero de sus libros: Hipótesis para el incendio de una capilla (1973). Esta última es una combinación de libro y escultura, que se volverá frecuente en su producción posterior. El artista-arquitecto pone en juego la combinación de los elementos racionales del diseño y la investigación en técnicas y materiales plásticos en función metafórica y crítica. Siempre en este prolífico año, continúa desarrollando piezas bajo la denominación común de Antimateria, al tiempo que inicia otra colección de dibujos, las Hipótesis para el incendio de un cubo y los impactantes grupos escultóricos La sentencia y La vuelta al hogar. Se trata, en ambos casos, de tres piezas puestas en relación de movimiento, realizadas con ropa mineralizada y sostenida por estructuras de hierro. El resultado es la representación de una caída, como la secuencia de un fusilamiento. En Tokio, en la Meta Exhibition Language, expone Logos, tintas sobre papel quemado o arrugado, que dialogan con textos de William Shakespeare relativos a magnicidios.
Muchas de estas obras son expuestas durante 1974 en múltiples exhibiciones organizadas por el CAyC, más allá de la continuidad del periplo de Hacia un perfil del arte latinoamericano; entre ellas Conceptual Art Facing the Latin American Problem, en el Museo de Ciencias y Artes de la UNAM en México, Art de systèmes en Amérique Latine, en el Espace Pierre Cardin de París, Un modelo de museo para los años ochenta, en la Galería Halvat Huvit de Helsinki, Finlandia, Latinoamérica 74, en el International Cultureel Centrum de Amberes, Bélgica. En esos años, Inglaterra, Italia, Yugoslavia, Polonia y Estados Unidos se suman a la cartografía del Grupo de los Trece. En 1975, ganan Medalla de Oro en la Exposición Internacional de las Naciones Unidas, en Slovenj Gradec, Yugoslavia.
Pero el trabajo con el CAyC no significa que se detenga el desarrollo individual. En 1975 Bedel obtiene una beca de investigación en nuevos materiales para escultura, otorgada por el British Council. Este viaje a Londres le permite profundizar en las búsquedas técnicas que viene realizando desde hace varios años: procesos como la mineralización que aplica en Eros y Tanatos, De rerum natura y, muy especialmente, en el inicio de una de sus series más extensas, los libro-relieves Las ciudades de plata. Se trata de encuadernaciones en arpillera que, al abrirse, dejan ver maquetas arqueológicas –restos de pirámides, trazas de asentamientos precolombinos, ruinas de iglesias coloniales con sus claustros–; elementos bañados por pátinas minerales rojizas, plateadas, azulinas que tienen el carácter de verdaderos simulacros a escala. En 1977, junto a los libros y bajo el mismo título, se desarrollan cuadro-relieves que son como vistas aéreas de estos vestigios, casi disimulados en la topografía.
En 1976 el gobierno francés le compra el libro Hipótesis para la destrucción de una ciudad. Ese mismo año realiza su primer cuadro, El país de plata. Pero no se trata de una pintura convencional, sino que está elaborada con un procedimiento electrolítico con hierro que luego seguirá usando en muchas obras. “Su nueva obsesión la constituye el horizonte, la única recta de la naturaleza que no tiene ubicación definida y es infinita.” Nota 2 A esta obsesión dedica la obra en módulos El gran límite. Son cubos de cincuenta centímetros y un metro de lado, que presentan fracturas, deterioros “geológicos”, que pueden ser combinados y montados en una gran estructura. Libros y cubos son exhibidos en la muestra individual Imágenes y signos en el CAyC, y constituyen parte del envío colectivo con el que, bajo el nombre de Signos en ecosistemas artificiales, el grupo conformado por Luis Benedit, Jorge Glusberg, Jorge González Mir, Víctor Grippo, Leopoldo Maler, Vicente Marotta, Luis Pazos, Alfredo Portillos, Clorindo Testa y Jacques Bedel, se alza con el Gran Premio de Honor Itamaraty en la XIV Bienal Internacional de San Pablo.
También durante 1977, Bedel expone en forma individual en París en la Galería Krief-Raymond.
En 1978 le encargan la refacción del antiguo Hogar de Ancianos Gobernador Viamonte para la realización del que será el Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires, hoy conocido como Recoleta. Se asocia con los arquitectos Clorindo Testa y Luis Benedit, quienes también son miembros del CAyC. La reforma y los nuevos edificios son inaugurados en 1980 y, en 1981, reciben el Primer Premio de Arquitectura, Urbanismo y Mejoramiento Ambiental, otorgado por el Centro de Estudios y Proyectación del Ambiente (CEPA).
Este año vuelve a participar con el Grupo de los Trece en la I Bienal Latinoamericana de San Pablo; esta vez el envío recala en lo americano, con el título Los mitos del oro. Además expone los libros escultóricos Los fundamentos en la muestra La joven generación, en el marco de las Jornadas Internacionales de la Crítica y recibe el Primer Premio de la Crítica.
En 1979 realiza una muestra individual en la Galería Ruth Benzacar y obtiene la Mención Honorífica en el Premio Perel de Esculturas en Acero.
Expone con el Grupo de los Trece en la XV Bienal de San Pablo. El envío titulado Hacia el fin de una segunda Edad Media enfatiza el giro hacia lo latinoamericano que se opera en la agrupación. El aporte de Bedel esta vez toma la geografía argentina, la vastedad del territorio, como tema de sus objetos mineralizados. También en ese año participa en la Trienal del Grabado y en la muestra El dibujo en la Argentina.
En 1980 recibe Mención Especial de la Fundación Gillette por el Monumento al IV Centenario de la Segunda Fundación de la Ciudad de Buenos Aires y el Ministerio de Defensa le otorga el Primer Premio en el concurso para el Monumento del General Mosconi. Participa con el CAyC de una nueva versión de Hacia el fin de una segunda Edad Media, en la Bienal Rosc en Dublin, Irlanda, muestra que al año siguiente será llevada al Museo Cantonal de Bellas Artes de Lausana, Suiza.
En 1981 Bedel expone su primer rollo de bronce, plomo laminado y hierro, Memoria de América (1980) en la I Bienal Internacional de Arte de Montevideo, con el que gana el Gran Premio de Honor. Los rollos son una continuidad de la exploración con el símil arqueológico y el libro. Soportes escriturarios en metales patinados, tendrán un espléndido desarrollo en los años noventa, en las series Verbum (1992) e Ignis (1996).
En 1982 obtiene la Beca Fulbright, con la que viaja a los Estados Unidos para investigar cuestiones relativas al lenguaje matemático en el Departamento de Astronomía y Ciencias Espaciales de la Cornell University.
En 1983 realiza una muestra individual en la Galería Unión Carbide y en 1984 otra titulada La mar Océana en el Museo de Arte Americano de Maldonado, Uruguay, donde expone pinturas de paisajes de cualidad abstracta. La obsesión por el infinito y los libros lo encuentra en ese año abocado a trabajar con referencia a Borges: lleva a sus libro-relieves las figuras de El Aleph y El libro de Arena.
Vuelve a recibir el Primer Premio de la Asociación Argentina de Críticos de Arte en 1985. En 1986 participa con el Grupo CAYC en la XLIII Bienal Internacional de Venecia, donde expone Las ciudades de plata. Inaugura en la Galería Ruth Benzacar la muestra individual de esculturas El sexto sello y recibe Mención Honorífica en el Premio a Jóvenes Escultores de la Fundación Fortabat, por su obra El Dios reencontrado. Son momentos en los que lleva a cabo nuevos simulacros etnológicos, esta vez bajo la forma de tótems.
A esta acumulación de distinciones en la plástica se le suman las de arquitectura y diseño. En 1987 obtiene Medalla de Oro en la II Bienal Internacional de Arquitectura de Buenos Aires por su casa Malabrigo, en Almada, Entre Ríos; en 1988 gana el Primer Premio del concurso para el diseño del trofeo al Premio El Arquitecto de América, de la Federación Panamericana de Asociaciones de Arquitectos.
También en 1988 participa en la muestra CAYC Patagonia en la Galería Ruth Benzacar, con el conjunto de esculturas El gran límite y presenta Lectura de artista en el Instituto de Cooperación Iberoamericana –hoy Centro Cultural de España en Buenos Aires–, exposición conjunta con Alfredo Prior. Allí compone una instalación sumando su obra El rayo que no cesa –un tótem con relieves en carbono electrolítico de tres metros de alto, cuyo título cita un poemario de Miguel Hernández– y dos de los libro-relieves El poder y la gloria (1987), nombre que a su vez alude a la célebre novela donde Graham Greene discurre sobre la oposición entre el bien y el mal en un contexto de persecución religiosa. Cita y simulacro, relectura de las fuentes, son las estrategias con las que Bedel elabora sus preocupaciones metafísicas.
En 1990, en la Galería Ruth Benzacar, participa con uno de los tótems de El puño de plata, en la muestra Grupo CAyC. El Dorado, organizada por Glusberg; el grupo cuenta, en ese momento, con la presencia de Bedel, Benedit, Grippo, Portillos y Testa. Al año siguiente es seleccionado por Ruth Benzacar para integrar Art of the Americas: the Argentine Project, cuatro exposiciones simultáneas de sendos artistas representativos: Bedel, Benedit, Norberto Gómez y Grippo. Bedel inaugura en la Watson Gallery de Nueva York, donde exhibe una selección de rollos y libros de Fulgur.
En 1992 la serie Verbum integra una muestra individual en Ruth Benzacar. Allí se acumulan antiguos textos sagrados de las más diversas culturas –del Libro de los muertos egipcio al Génesis bíblico o el Corán– incisos en la superficie del plomo. En la misma galería presenta, en la muestra del Grupo CAyC Bestiario americano, Culebrón hembra y Culebrón macho, dos tótems de reminiscencia precolombina dispuestos como instalación de piso.
Recibe el Premio Konex por su desempeño en las artes visuales y la Medalla de Plata en el Premio Siemens, por El rayo que no cesa.
Se presenta en la Feria Arco de Madrid en febrero de 1993. Durante ese año indaga una vez más en la cuestión de la “representación” o sugestión del infinito. Realiza una pintura de gran formato (cuatro metros de base), Aproximación al infinito, que incluye un tajo que atraviesa el horizonte aludiendo a un corte a otra dimensión. Es la primera del conjunto Aproximaciones que se desarrollará posteriormente. También en ese año la exposición El universo de Borges viaja a Ginebra, París y Venecia; participa luego en Lateinamerikanische Kunst im 20. Jahrhundert en Colonia, Alemania, exhibida además en el Museum of Modern Art de Nueva York con el título Latin American Artists of the Twentieth Century.
Entre diciembre de 1993 y 1994 el Grupo CAYC expone por última vez. Lo hace en la Striped House de Tokio, Japón y en el Museo de Bellas Artes de Santiago de Chile. En estas muestras Bedel exhibe algunos de los objetos de Verbum, Las ciudades de plata, Fulgur, Summa geométrica y Zen.
En 1995 viaja con Benedit, ambos invitados a la I Bienal Internacional de Kwangju, Corea del Sur, donde presenta Res Vitae. Le otorgan otra Medalla de Oro en el Premio Museo Nacional de Bellas Artes - Banco República. Con La noche herida (1995) gana el III Premio Universidad de Palermo, concurso organizado en el Museo Nacional de Bellas Artes. La obra será adquirida por dicha universidad.
Inaugura Ignis en la Galería Ruth Benzacar durante 1996. Se trata de doce rollos que esta vez reproducen la banda de medición de la fulguración solar ocurrida el 15 de junio de 1973, registrada por el laboratorio espacial Skylab.
En 1997 recibe Mención de Honor en el Premio Costantini de Pintura y el Premio Leonardo al Mejor Artista del Año 1996, otorgado por el Museo Nacional de Bellas Artes. En esa misma institución obtiene la Mención Especial del Jurado en el Premio Novartis de Pintura. En 1998 se reiteran las distinciones con la Mención de Honor del Premio de Escultura / Instituto Nacional de Educación Técnica (INET) y el Gran Premio Latinoamericano de la VII Bienal Internacional de Arquitectura de Buenos Aires realizada en el Centro Cultural Borges.
En 1999 expone Los dueños del mundo en la Galería Natan de Buenos Aires. Se trata de un grupo escultórico figurativo, integrado por bustos en aluminio electrolítico y material sintético, cuyo tono es marcadamente crítico de toda forma de jerarquía de poder, representada “... por los drapeados que cubren estos bustos de personajes deleznables.” Nota 3
Recibe, en 2001, el Premio a la Trayectoria otorgado por la Fundación Proscenio de Buenos Aires y en 2002 una Mención de Honor en el Premio Museo Nacional de Bellas Artes - Close-Up. En ese año realiza otra muestra individual en Galería Grupo Nacional de Buenos Aires.
En 2003 es distinguido con la Mención Especial del Jurado en el III Premio Fundación Banco Ciudad, y al año siguiente, la Fundación El Libro le otorga el Premio Vocación Académica. Arquitectura. Tres años después, esta misma fundación le conferirá el premio Vocación Académica. Artes Visuales. Entre otras recompensas obtiene, en 2004, el Gran Premio del III Certamen Iberoamericano de Pintura, Fundación Aerolíneas Argentinas y, en 2007, el Segundo Premio del concurso de pintura que organiza el Banco Central de la República Argentina.
En 2005 se realiza una muestra antológica de su obra en la sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta de Buenos Aires, que abarca la mayor parte de los períodos de su obra. En esa oportunidad se edita un importante libro-catálogo que da cuenta de su extensa producción. Para él escriben Antoine Raymond que es también el editor, Fabio Magalhães y la curadora de la exhibición, Corinne Sacca Abadi. También cuenta con una pormenorizada documentación a cargo de Florence Baranger. Nota 4
Sus Political crimes son exhibidos en 2008 por la Embajada Argentina en Londres, Reino Unido. Ese año se realiza en el Museo Nacional de Bellas Arte de Buenos Aires la muestra individual de sus Aproximaciones Nota 5 y, más adelante, Más aproximaciones en Galería Wussmann de la misma ciudad. Ambas muestras se prolongan hasta los primeros meses de 2009. En junio participa junto a Miguel Harte, Luis Benedit, Fermín Eguía y Luis “Búlgaro” Freisztav en la muestra Species, en el Museo de Ciencias Naturales de La Plata. Es uno de los tres finalistas del concurso para el diseño del nuevo telón del Teatro Colón de Buenos Aires.
En 2010 hace una exposición personal en el MACLA, Museo de Arte Contemporáneo Latinoamericano de La Plata, donde expone Aproximaciones y sus últimos trabajos fotográficos. En este año, conmemorando los 30 años del Centro Cultural Recoleta, se presenta en la sala Cronopios Testa + Bedel + Benedit, con obras de los tres arquitectos que remodelaron el antiguo asilo de ancianos Hogar Viamonte convirtiéndolo en el actual centro cultural. Bedel presenta cuatro ediciones de su obra El llano en llamas, motivo repetido que adapta a las diferentes técnicas que aborda en cada período.
Durante 2011 expone en Nueva York en la feria de fotografía AIPAD (The Association for International Photography Art Dealers). Participa con una obra de la serie de los virus en la muestra Genoma Contemporary, presentada en el contexto de la 54ª Bienal de Venecia. También interviene en la XIII Bienal de Arquitectura. Este año el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires adquiere una obra fotográfica para su colección, obra que luego participará en La Provocación del blanco, exposición organizada por dicha institución. Con el título Elogio de la sombra expone en forma individual en el Espacio de Arte Sasha Dávila en la ciudad de Córdoba, muestra que concluye en febrero del 2012 y que, de inmediato, se presenta en la Galería del Paseo en Manantiales, Uruguay. Este año la Universidad de San Martín lo convoca para realizar una obra –El Minotauro– que integrará el parque de esculturas de esa casa de estudios. Además, sus piezas cinéticas  participan en la exposición dedicada a esa tendencia Real / Virtual, realizada en el Museo de Bellas Artes de Buenos Aires. Hace fotografías de las ruinas de Selinunte, Sicilia, que expone poco después en su muestra La Ira de Dios, realizada en la Galerie Argentine de París. Recibe una mención especial por su escultura De rerum natura con la que interviene en el Premio ArnetEscultura a cielo Abierto en Rosario.
En Buenos Aires Photo presenta Los crímenes políticos. A diferencia de lo exhibido en Londres (2008), esta vez muestra los grabados originales de los fotomontajes que dieron comienzo a esta serie y las fotografías de la década del 70 impresas sobre el soporte plástico que el artista emplea en estos últimos años.
En marzo de 2013 inaugura Elogio de la sombra en Killka - Espacio Salentein, de Tunuyán, provincia de Mendoza. El título de la exhibición cita el poema de Borges y alude tanto a la técnica de estos trabajos cuanto al resultado perceptual: impresiones digitales sobre plástico laminado que, al ser iluminadas, proyectan sombras. La imagen se vuelve fantasmagórica, imprecisa; la percepción, una vez más, trabaja en sus márgenes allí donde “comprobamos que la luz trae consigo un trazo de penumbra.” Nota 6 La sombra es otra de las obsesiones que, desde sus tempranas obras ópticas, han acompañado al artista a lo largo de toda su carrera.
Jacques Bedel vive y trabaja en Buenos Aires.