Gustavo Mosquera
(Buenos Aires, 1958)
ver además:
La ciudad: arte y utopías
Gustavo Mosquera
 
Egresado de la Escuela de cine del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales de Buenos Aires, comienza a filmar con el sistema de steadycam.
Tras Arden los juegos, su cortometraje de graduación, el entorno del entonces presidente Raúl Alfonsín lo convoca para dar forma a Viedma hoy, un corto documental sobre el proyecto que hubiera trasladado la Capital Federal a aquella ciudad. Al no concretarse el film queda archivado.
Cuando la alborada democrática de los años 80 predecía un futuro complicado, realiza Lo que vendrá. En ese imaginario post apocalíptico de una Buenos Aires desolada, en permanente toque de queda, donde el dólar circula como moneda fuerte y los hospitales sufren de "conflicto sindical crónico", uno de los personajes sella la aventura con una frase premonitoria: "Lo que vendrá será aún peor".
En 1996 sorprende con Moebius, su segundo experimento dentro de la ciencia ficción, encarado como un workshop de la Universidad del Cine, en la que se desempeña como docente.
A pesar del prestigio ganado, no puede terminar el documental Radio Olmos, rodado durante un memorable concierto de rock realizado en el Instituto Penal de Olmos, propuesta que en su momento atemoriza a quienes podrían haberlo distribuido o estrenado.
Decide emigrar a los Estados Unidos y se radica en Los Angeles: Vive de las charlas y conferencias a propósito del fenómeno Moebius y, durante 2002, trabaja en la preproducción del thriller Un largo hola y un corto adiós, que recibe el respaldo de John Woo. Las complicaciones con el casting -la última provocada por el actor Kevin Bacon- y el vencimiento de los derechos para el rodaje terminaron impidiendo su concreción.
Entre los proyectos que esperan financiamiento figuran versiones fílmicas de las historietas Parque Chas y El eternauta. El más reciente está dedicado a la actividad como guionista de Oesterheld y a su ingreso en el mundo de la violencia política de los años 70, que culmina, tras el golpe militar de 1976, con el trágico desenlace de su desaparición, la de sus cuatro hijas -dos de ellas embarazadas- y sus yernos.