La Organización Negra se gesta como La Negra en 1984, cuando un grupo de estudiantes del Conservatorio Nacional de Arte Dramático (ENAD) asiste a la representación de la pieza Accions del grupo catalán La Fura dels Baus en el I Festival Latinoamericano de Teatro de Córdoba (1984), y decide crear una agrupación de experimentación teatral. Sus primeros trabajos son intervenciones callejeras que buscan captar la atención de la gente mediante acciones simples que rompen con la rutina de la vía pública. Con este propósito y, bajo la guía del teatrista Julian Howard, trabajan durante seis meses con la consigna: "hacer un teatro para astillar lo cotidiano."
Su primera acción, Villancico (1984), se realiza en las paradas de semáforos. Vestidos de manera estrafalaria y oscura, cantan villancicos a los conductores detenidos por las señales viales. Al año siguiente incorporan otras acciones, como Fusilamiento (simulacro de fusilamiento en una avenida, congelación y muerte en el asfalto con diferentes finales: recuperación de los performers que continúan cruzando la calle, o recuperación y corrida entre los autos a los gritos), Vómito blanco (cruce de calle con congelamiento, mirada al conductor de un auto y vómito blanco sobre el parabrisas) y Simulacro de salvataje humano-animal (salvación de un engendro hombre-chancho con médicos, enfermeros parapoliciales y camilla, circulación con parada para masaje cardíaco y huida).
Ese mismo año realizan La procesión papal (1985), un desplazamiento por la calle Florida con un vestuario de estilo punk posnuclear, con dos paradas para efectos de pirotecnia y arremetimientos sobre el público, y huida súbita final de los performers. Al finalizar el año presentan La Negra Diciembre (1985) en un espacio parateatral, su primera creación para un ámbito cerrado.
Los primeros trabajos en la calle se asemejan a lo que se conoce como "teatro de guerrilla", en particular, por su carácter sorpresivo. Lentamente el grupo se va inclinando hacia la producción de espectáculos, con el mismo objetivo de romper la pasividad del espectador e intervenir sobre él mediante el recurso al impacto o shock.
En 1986 estrenan U.O.R.C. Teatro de operaciones en la discoteca Cemento, ya transformados en La Organización Negra. El espectáculo integra elementos de los happenings, actitudes punkies y de rebeldía, y herramientas y estrategias lúdicas para la estimulación del público. La cercanía a éste y la violencia de la propuesta continúan las líneas de trabajo que venían desarrollando en sus acciones callejeras. Su éxito determina que se repita al año siguiente sumando más de doce mil espectadores, y promueve dos muestras de fotografías que incluyen imágenes de la obra (en el Centro Cultural Islas Malvinas y en Centro Cultural General San Martín). En noviembre son invitados a cerrar el Programa cultural de las universidades en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires. En diciembre realizan una pequeña performance alusiva a la Navidad en Cemento: cantan Noche de paz acompañados por una base de música tecno y, cuando la pieza está llegando a su finalización, el espacio se cubre de humo y fuegos artificiales que estallan en diferentes lugares.
En 1988 comienzan el aprendizaje de técnicas de escalada y trabajo en altura, con un intenso entrenamiento físico. En octubre son convocados para participar de Nuevas tendencias II (Centro Cultural de Buenos Aires, hoy Recoleta), donde presentan La tirolesa, un espectáculo construido sobre los cuatro elementos naturales (tierra, agua, fuego y aire), interpretado por seis performers, un músico y dos cerdos, que se basa en bajadas desde estructuras metálicas elevadas.
En la Primera Bienal de Arte Joven (Centro Cultural de la Ciudad, 1989), tres fotógrafos son seleccionados con imágenes de U.O.R.C. y La tirolesa. En abril de ese año empiezan a preparar su próximo espectáculo, La tirolesa/Obelisco (1989), realizado en diciembre, que incluye descensos y coreografías sobre el obelisco porteño y sobre estructuras mecanotubulares creadas especialmente, a sesenta metros de altura. A las dos funciones nocturnas del evento asisten más de treinta mil personas.
Al año siguiente, presentan un video sobre La tirolesa/Obelisco, y trabajan en una nueva obra, Los mejicanos, que nunca estrenan. En cambio, participan del ciclo Todo menos natural en el Instituto de Cooperación Iberoamericana (ICI) con Argumento (1991), una producción nueva, que se repite posteriormente en el Centro Cultural Recoleta y el Goethe Institut. Este mismo año viajan a festivales de México y Brasil, donde interpretan La tirolesa en el edificio de Correos Nacionales de México (México D.F.) y en el del Banco de Boston (San Pablo).
En 1992 estrenan Almas examinadas en la Sala Casacuberta del Teatro General San Martín y realizan una extensa gira por Europa, que incluye presentaciones en Copenhague, Colonia, Bremen, Hamburgo y Nantes.
En 1993, se disuelve el grupo. Algunos de sus integrantes conforman otros colectivos teatrales como La línea histórica, De la guarda, Fuerza Bruta y Ojalá.