Artista plástico, performer, poeta y showman, nace en Mar del Plata, provincia de Buenos Aires, el 29 de enero de 1939. Estudia arquitectura en la Universidad de Buenos Aires, aunque abandona la carrera para seguir sus inclinaciones artísticas. Durante los primeros años de la década del ‘60 se dedica a viajar por América Latina. En esa época también comienza a pintar de manera autodidacta. Animado por el crítico de arte y director del Museo de Arte Moderno, Rafael Squirru, realiza su primera exposición individual en la Galería Rubbers en agosto de 1960. Ese año participa además del 6° Salón anual Arte Nuevo que se realiza en el Museo Eduardo Sívori.
Sus primeros trabajos siguen el camino de la abstracción lírica. Lentamente, sus pinturas se vuelven monocromas, adquieren texturas y mayor carga matérica. Estas obras llaman la atención de Germaine Derbecq que en 1963 lo invita a exponer en la Galería Lirolay.
Al año siguiente, es invitado a exhibir su producción en la Galería Witcomb. Para esta ocasión, realiza pinturas de gran formato y tan pesadas que no pueden ser colgadas y deben exhibirse apoyadas en el piso. Además, una de ellas es tan grande que no entra por la puerta de la galería, inconveniente que resuelve cortándola con un serrucho y exponiéndola de esa manera. En otras, la materia que se amontona sobre los soportes comienza a drenar y se desparrama por el piso, elemento que el artista incorpora como parte de su trabajo.
En 1965 viaja por los Estados Unidos invitado por la embajada de ese país para recorrer museos y galerías, con una beca otorgada por el Departamento de Estado. Ese mismo año participa del Premio Nacional del Instituto Torcuato Di Tella con Nosotros afuera, una instalación compuesta por un cuadro de grandes dimensiones, un obelisco y un huevo de yeso gigante que termina de realizar pocos minutos antes de la inauguración. Esta última pieza tiene tales dimensiones, que resulta imposible de trasladar, por lo cual Peralta Ramos decide destruirlo a mazazos.
Dos años después, realiza una exposición en la Galería Vignes y aplica para la Beca Guggenheim con una recomendación del arquitecto y artista Clorindo Testa. También protagoniza una acción insólita: compra un toro en una subasta de la Exposición Rural sin tener el dinero para pagarlo. Ante el escándalo, y para evitar un juicio, decide internarse en un hospital neuropsiquiátrico.
En 1968 inaugura una muestra en la Galería Arte Nuevo con objetos cotidianos intervenidos y obtiene la Beca Guggenheim. Con el dinero de este subsidio realiza una cena para amigos y familiares en el Hotel Alvear, salda las deudas de una de sus exposiciones, compra pinturas para su madre, para su padre y para él, entre otras adquisiciones personales. Ante el reclamo de la Fundación Guggenheim por no haber utilizado el dinero para la realización de un proyecto artístico replica que: “Una de las razones que me impulsaron a este tipo de manifestaciones es la convicción de que ‘la vida es una obra de arte’, por lo que en vez de ‘pintar’ una comida, di una comida.”
Por intermedio del artista Ernesto Deira conoce al humorista Tato Bores que le ofrece un contrato para cantar y recitar poemas en su programa de televisión durante 1969, en el que volverá a intervenir en 1973, 1983 y 1992. Al mismo tiempo, frecuenta los principales centros de diversión de la noche porteña, cantando y ejecutando performances improvisadas.
Con CBS Columbia graba en 1970 un disco simple con sus temas Soy un pedazo de atmósfera y Tengo algo adentro que se llama coso, musicalizados por Francis Smith.
En 1971 realiza una exposición en la Galería Vignes. Allí presenta la obra Cuidado con la pintura, una tela con la frase del título pintada con grandes letras. Desde entonces, una parte importante de su producción se orienta a la plasmación de frases y juegos de palabras escritos con una caligrafía de aspecto escolar sobre tela o papel. Estas piezas se prolongan a lo largo de toda su vida.
Jorge Glusberg lo invita a exponer en el CAyC (Centro de Arte y Comunicación) en 1972, donde presenta una obra rechazada en el Salón Nacional –uno de sus escritos sobre papel que dice “Yo voy a venir de visita”– y recitaciones metafísicas. Dos años después, vende en la Galería Arte Nuevo una réplica realizada en madera de un buzón callejero a la actriz y cantante Egle Martin y en 1975 presenta en la Galería H un objeto compuesto por un tacho de basura con bastidores sumergidos en brea.
En 1976 expone con Antonio Berni en la Galería Carmen Waugh, en la muestra Creencias y supersticiones de siempre. En esa oportunidad Peralta Ramos presenta Tumba de Tutankamón, una instalación consistente en un cuarto cubierto con papel dorado donde ubica un colchón sobre el que descansa una momia, que se despierta esporádicamente y contesta preguntas.
Realiza durante 1981 una muestra de dibujos en la Galería Arte Múltiple, que inaugura con una performance. Durante esta década, intensifica sus actuaciones en la televisión, teatros, bares, discotecas y participa en algunas películas.
En 1986 organiza la ambientación La salita del gordo en el Centro Cultural Recoleta, un espacio diseñado como una sala de espera en el que Peralta Ramos recibe a la gente y conversa con ella. Tres años más tarde efectúa su última exposición individual en la Galería Altos de Sarmiento, en la que se exhibe a sí mismo en una habitación vacía pintada de blanco.
El 30 de agosto de 1992 muere en Buenos Aires de un paro cardíaco.