Ramón Silva
(Buenos Aires 1890-1919)
ver además:
Un panorama del siglo XX
Martín Malharro
imagen
 Ramón Silva
Autorretrato
Ramón Silva nace en Buenos Aires el 8 de agosto de 1890 en el seno de una familia de modestos recursos. Su formación artística es autodidacta; pinta y dibuja desde la escuela primaria. Su pasión y deseos de aprendizaje se reflejan en una anécdota relatada por Giambiagi en Reflexiones de un pintor: Silva habría intercambiado su amada colección de la revista Rocambole por una caja de pinturas y colores. Según Giambiagi sus primeras obras ilustraban dicha revista y parece que eran muy fantásticas.
En 1908 conoce a Malharro quien realizaba su segunda exposición en la galería Witcomb de Buenos Aires. Silva tiene 18 años cuando comienza a frecuentar su taller,  a trabajar a su lado y a desarrollar sus planteos técnicos sobre el dibujo y el color. En este espacio de intercambio artístico nace su amistad con Walter de Navazio, Carlos Giambiagi y Luis Falcini, todos artistas considerados “antiacadémicos”.
Hacia 1910  experimenta la necesidad de un viaje de formación a Europa. Malharro lo apoya y lo incita a obtener una beca, proyecto difícil de concretar dada su falta de trayectoria, títulos y antecedentes. A los veinte años no ha podido realizar ninguna exposición y es prácticamente un desconocido en el campo artístico. Sin embargo, gracias a las gestiones de Luis Agote, la deseada subvención llega en 1911, año en que se embarca junto al escultor Luis Falcini. Durante la travesía se ejercita dibujando a los tripulantes de la nave. Visita París, Roma, Florencia y Madrid; hace viajes a Bélgica, Holanda y Suiza. Se interesa por el arte del pasado, especialmente el de Rubens y los primitivos flamencos y ante los paisajes impresionistas y postimpresionistas, se despierta su profunda admiración por la obra de Vincent van Gogh y Alfred Sisley. En esta atmósfera contemporánea encuentra la continuación de las enseñanzas de Malharro.
En París es donde más estudia y produce dibujos, grabados y pinturas, entre ellas “Parvas doradas” (1911) y “Bosque” (1912). Allí el paisaje ya no es escenario del accionar humano sino que asume un rol protagónico, traspasado por la subjetividad del artista.
Su destreza en la técnica del grabado se ve en el tratamiento de las formas y las líneas que se yuxtaponen a la riqueza del color libre, vibrante y expresivo de sus paisajes.
En 1915 vuelve a Buenos Aires y realiza una exposición individual en los salones de la Comisión Nacional de Bellas Artes. Él mismo redacta  el texto que figura en el catálogo. La muestra no suscita mayor interés en la crítica especializada ni en el público.
En 1916 el Salón de Acuarelistas rechaza su envío. Ese mismo año integra la recién creada Sociedad de Grabadores y colabora con la revista El Grabado fundada por Mario Canale.
Al año siguente el Salón de Acuarelistas nuevamente rechaza un envío suyo. En septiembre, no obstante, presenta una exposición individual en el Salón Witcomb. Exhibe 52 óleos, algunos de los cuales  son paisajes europeos –Riveras del Sena, Villa Borghese, Rincón de campaña– y otros son cordobeses –Viejos ranchos, Camino a las sierras–. En el catálogo el artista reafirma su formación autodidacta y declara estar convencido de que la naturaleza es el mejor maestro.
En 1918 el Salón de Rosario rechaza su envío por lo que, solidariamente, se retiran del certamen algunos jóvenes que sí habían sido aceptados: Walter de Navazio, Thibón de Libian, Domingo Viau, Carlos Giambiagi, entre otros. A pesar de ello, la comisión organizadora del salón mantiene su veredicto.
Fallece en Buenos Aires en 1919. Ese año se realiza una exposición de sus paisajes en las Salas de la Comisión Nacional de Bellas Artes, simultáneamente con las de otros pintores de su misma generación.
En 1920 se realiza una exposición póstuma en el Salón Witcomb, compuesta por 82 obras y en 1925, sus amigos le realizan una muestra en la Cooperativa Artística.
En 1927 el escritor y periodista Leonardo Estarico inaugura el Boliche de Arte, para dar cabida a los jóvenes pintores que no tenían lugar acceso a las galerías de arte de la calle Florida y ese mismo año presenta una exposición de Silva.
En 1939 Jorge Romero Brest publica “La pintura de Ramón Silva”, en el periódico La Vanguardia.
Del 4 al 15 de mayo de 1948 se organiza una muestra homenaje Obras de Martín Malharro y Ramón Silva, precursores de la moderna pintura argentina, en la Sociedad Hebraica Argentina, donde se exponen 7 óleos y 5 acuarelas.
La Galería Müller exhibe en junio de 1950 un conjunto de 30 dibujos inéditos y 6 aguafuertes del artista.
Germaine Derbecq organiza en 1960, en la Galería Lirolay, la muestra Homenaje a tres precursores de la pintura moderna en la Argentina. Thibon de Libian. Walter de Navazio. Ramón Silva, en la que se figuran ocho obras de nuestro artista.
En 1966 la galería “Les Tonss”  realiza una exposición en su homenaje.