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Breves biografías
 
Breves biografías
Algunos dossiers
 
 
 
 
Martín
Malharro
por
Natalia March
con la colaboración de Patricia Nogueira
Julio de 2012
Referencia bibliográfica para este dossier
 
 
Con su pintura antiacadémica Malharro contribuye, desde el arte, a conformar el perfil de la Argentina como nación moderna. Introductor del impresionismo y destacado ilustrador, realiza también importantes aportes pedagógicos. Su legado artístico se prolonga y enriquece a través de artistas como Silva, de Navazio, Falcini, Thibon de Libian, Giambiagi y Lamanna.
 
Introducción | Producción | Obras | Legado artístico | Biografía | Bibliografía
Malharro y su época
Jurado de la Exposición del Ateneo
Exposición del Ateneo, miembros de la
Comisión del Jurado
Martín Malharro
Martín Malharro
Hacia fines del siglo XIX Buenos Aires es una ciudad compuesta socialmente por oleadas inmigratorias y, por lo tanto, atravesada por variadas concepciones filosóficas. Coexisten en ella tanto el positivismo, el anarquismo, el socialismo como las posturas conservadoras, en general cercanas al poder político, que aún discuten consignas como “civilización y barbarie”.
En el ámbito de las artes plásticas, sobresale un conjunto de artistas e intelectuales que se empeñan en la construcción de instituciones capaces de profesionalizar las prácticas creativas. Esta circunstancia genera una serie de debates que ponen de relieve el pensamiento y la acción política de hombres como Eduardo Schiaffino, Eduardo Sívori y Ernesto de la Cárcova que, al igual que Malharro, forman parte de la generación del ‘80 y sostienen una posición cosmopolita y moderna. Bajo este impulso se crean la Sociedad Estimulo de Bellas Artes (1876), la Academia de la Sociedad Estímulo (1878) –institución nacionalizada en 1905 que formará generaciones de creadores y docentes–, y el Museo Nacional de Bellas Artes (1895), que abre sus puertas en 1896.
 
de la Cárcova. Filósofo, c. 1895
Ernesto de la Cárcova
Filósofo, c. 1895
Sívori. Retrato de Sixto Quesada, 1890
Eduardo Sívori
Retrato de Sixto Quesada, 1890
Schiaffino. Desnudo con fondo rojo, 1895
Eduardo Schiaffino
Desnudo con fondo rojo, 1895
 
Malharro. La estancia, 1893
La estancia o Estancia Ramos Mejía, 1893
Durante este período comienza un sosegado abandono de los lenguajes académicos, reemplazados paulatinamente por las tendencias modernas dominantes en Europa. Aparecen obras de corte realista, con temas socializantes y centrados en la vida cotidiana. Las paletas se aclaran, se enriquece la variedad cromática y la factura se hace más expresiva, con algunos tintes románticos. No obstante, pronto se desatan encendidas polémicas sobre aquellas cualidades capaces de aportar un sello distintivo a la plástica nacional. Entre estos hombres fin de siècle, con la mirada puesta en el porvenir, Martín Malharro actuará decisivamente, oficiando al mismo tiempo como testigo, juez y parte.
 
Perfil de un innovador
Malharro. El acorazado francés El Bayard, 1890
El acorazado francés
El Bayard, 1890
Malharro. Paisaje, 1895
Paisaje, 1895
Tapa de la revista Le Mois Litteraire et Pittoresque
Le Mois Litteraire et Pittoresque. Malharro figura en la lista de ilustradores
Malharro. Paisaje, 1909
Paisaje, 1909
“De ese contraste nació mi primera duda, de ahí la primera resistencia contra todo lo que representara un obstáculo á la libre manifestación de mis sensaciones […] De ahí dató la independencia de mi espíritu, la felicidad oral de mi inteligencia; y viví desde entonces mi vida…!”
Martín Malharro Nota 1
La activa militancia creadora de Malharro se manifiesta desde un principio cuando, en la Academia de Estímulo, resiente y resiste la rigidez de la normativa que imperaba en la enseñanza artística ya que intuía el anacronismo con que estaba organizado el modelo académico.
Si en sus primeros trabajos –óleos, dibujos e ilustraciones– sigue el modelo naturalista impartido, pronto ensaya liberarse de esos preceptos empleando un lenguaje más libre, sugerido por la interpretación sensible de lo visto, sobre todo a partir de los paisajes tomados durante sus frecuentes viajes por distintas regiones del país.
Su búsqueda incluye el necesario y legitimador viaje de estudios a Europa. A poco de instalado en París pone a prueba sus certezas y las jaquea consagrando su mirada a la escuela de Barbizon, a los impresionistas, a los posimpresionistas, a los neoimpresionistas y a los simbolistas.
Estos movimientos se debaten entre la observación empírica de la realidad y la visión subjetiva y en el plano político, entre la consideración anarquista de la libertad del individuo y la marxista del compromiso con la sociedad. De esta oferta estética e ideológica Malharro toma tanto la experimentación con los lenguajes plásticos como el marco de la filosofía anarquista, pues entiende la naturaleza como una entidad atravesada por las sensaciones particulares de cada contemplador. No puede pensar sólo en la instantaneidad y en los efectos lumínicos impresionistas. Necesita bucear en su interior, descubrir, conocer y pensar la naturaleza para luego plasmarla en la tela. Estas son sus herramientas para mostrar un paisaje diferente.
 
Malharro. Paisaje, 1901
Paisaje, 1901
Malharro. Ilustración para El corsario La Argentina
Ilustración para El corsario La Argentina
Malharro. Ilustración para El faro
Ilustración para El faro
Con el nuevo siglo recién inaugurado regresa a Buenos Aires y realiza su primera exposición individual. Presenta en sus obras ensayos sobre el paisaje y el color, y por ellos ingresa a la historia del arte como uno de los primeros artistas que trae el impresionismo a la Argentina. Pero ya sus contemporáneos advierten la imposibilidad de reducir su producción vinculándola a un solo estilo y consideran su cercanía al simbolismo y a las modalidades posimpresionistas. Apasionado, romántico y de mal genio se define apostando por la naturaleza. Está inmerso en ella desde su nacimiento, lo seduce y por lo tanto la persigue, trata de asirla, pero también de transformarla con todos los medios pictóricos a su alcance.
Malharro busca influir en el ambiente, encender el entusiasmo. Es un intelectual formado que comprende la necesidad de participar en todos los ámbitos culturales y con sus ideas revoluciona la creación y la enseñanza. Difunde sus propuestas mediante artículos publicados en los medios más importantes de la época. Desde sus páginas introduce la modernidad estética, discute el rol del artista, del público y pugna por la conformación del mercado.
Incide sobre la docencia. Tanto en su práctica efectiva como en su rol de teórico, renueva el concepto de la educación artística en las escuelas. Recoge su experiencia como Inspector del Consejo Nacional de Educación en el libro El dibujo en la escuela primaria, donde anarquismo, positivismo y psicología experimental le permiten amalgamar sus ideas y hablar de "método", “evolución” y “orden”, pero también de “libertad expresiva” y de la importancia de la relación directa con la naturaleza en el proceso formativo del niño.
 
Silva. Paisaje de Plaisir de Grignon, 1913
Ramón Silva
Paisaje de Plaisir Grignon, 1913
 
de Navazio. Jardín arbolado, 1912
Walter de Navazio
Jardín arbolado
1912
 
Giambiagi. Paisaje, s/d
Carlos Giambiagi
Paisaje
s/d
 
Thibon de Libian. Sin título, 1912
Valentín Thibon de Libian. Sin título
1912
 
Malharro es además una figura guía, un maestro espiritual para los jóvenes de la época con quienes activa las discusiones sobre la modernidad. Frecuentan su taller, entre otros, Falcini, Giambiagi, Silva, Thibon de Libian, de Navazio y Lamanna, continuadores de muchas de sus ideas y sus prácticas.
A los 46 años fallece inesperadamente cuando su obra y su pensamiento se consolidaban y proyectaban con fecundo porvenir. El crítico de arte Atalaya, lo describe con acierto:
"Viril figura que supo esforzarse en ser bondadoso, íntegro en las palabras y en los actos, heroico artista, […] No transige con sus más íntimas convicciones y se vuelve intransigente por nobilísimos fines.[…] Este constante deseo de renovación rima con el místico infinito y busca enlazarse con el misterio de lo inexpresable y eterno. […] Por eso, Malharro pudo ser moderno ayer como puede serlo hoy." Nota 2