Dibuja profesionalmente desde que ingresa a la Editorial Columba en 1953. Poco más tarde pasa a la Editorial Abril, donde se hace una reputación como dibujante de aventuras. Allí conoce al guionista Héctor Oesterheld, con quien realiza Uma-Uma y Bull Rocket. En 1957, Oesterheld decide fundar su propia editorial y convoca a Solano López para publicar en sus revistas Hora Cero y Frontera. La dupla da vida a Rolo el Marciano Adoptivo, Amapola Negra, Joe Zonda, Rul de la Luna y al más destacado personaje de la historieta argentina: El Eternauta. Pero al término de esta saga, Solano comienza a colaborar con la editorial inglesa Fleetway y su volumen de producción le impide seguir publicando en las revistas nacionales, radicándose en Europa entre 1963 y 1968.
A su regreso, vuelve a publicar en Columba y en 1976, acepta la propuesta de Ediciones Record para reunirse con Oesterheld y crear una segunda parte de El Eternauta. Ese mismo año inicia junto a Ricardo Barreiro la saga de Slot Barr, pero el clima político -enrarecido por la sangrienta lucha entre la guerrilla de izquierda y la dictadura militar- fuerza a Solano a emigrar a España.
Allí termina Slot Barr y crea junto a su hijo Gabriel la serie de Ana y las Historias Tristes.
Posteriormente, junto a Carlos Sampayo, da vida a Evaristo, un gran policial ambientado en la Buenos Aires de los '50.
En 1984, Solano se traslada a Río de Janeiro, desde donde inicia una larga serie de colaboraciones con editoriales de los Estados Unidos como Dark Horse y Fantagraphics y continúa su producción junto a Barreiro. De este período datan Ministerio, El Instituto y El Televisor, entre otras.
Regresa a Buenos Aires en 1995, desde donde continúa trabajando para los EE.UU., incursiona en el género erótico con enorme éxito en toda Europa y retoma, a partir de 1997, la famosa saga de El Eternauta. Publica una plancha semanal de su más reciente creación, Los Internautas, en el Suplemento Informática del diario Clarín, trabajo ya finalizado.