Colectivo de artistas conformado en 2002, en plena crisis económica, con el fin de realizar protestas periódicas exentas de violencia. Sus integrantes iniciales son Javier Soria Vázquez, Martín Zevi, María Albarracín Cussigh, Luciana Martínez, Constanza González, Martín Guiot, Carlota Beltrame y Geli González. Su denominación es un homenaje al espectador: la elección de un nombre y apellido comunes surge como un modo de reivindicar a la persona común, al espectador mismo.
Su primer trabajo, Sobrevidentes (2002), es una convocatoria pública y abierta para marchar con los ojos vendados por las calles céntricas de la ciudad de Tucumán. En ese momento histórico, pretende encarnar un sentimiento general con respecto a la falta de rumbos. Pero más allá de la propuesta en sí, es la reacción de los espectadores ocasionales lo que los lleva a plantear el hecho de trabajar en la calle y a través de la acción, contextualizándola en diferentes espacios públicos. A fines de ese mismo año realizan Influencias, una acción dentro del radio céntrico de la ciudad en la que cada integrante del grupo corría sin un destino predeterminado. Enmarcada en un momento de inseguridad social, la pieza buscaba generar una sensación de incertidumbre.
Hay lugar (2003-2004) nace de una reflexión sobre los no lugares. Básicamente, plantea una estructura para que la gente redefina su espacio convirtiéndolo en un “lugar”. Se realiza en estacionamientos de automóviles de varias ciudades del país donde cada persona puede alquilar las parcelas al precio normal por hora para ocuparlas a gusto. Estas acciones se realizan con invitados de cada localidad y por un tiempo indeterminado.
100 mts. (2003), una intervención en una de las peatonales de la ciudad de Córdoba, consiste en marcar un recorrido con cinta de embalar que ocupa no sólo el piso sino también las paredes, las vidrieras y los objetos encontrados en la trayectoria. Los integrantes del grupo quedan igualmente adheridos al espacio por la cinta durante 40 minutos, con el fin de romper el esquema tradicional del espacio e interferir directamente en su cotidianeidad, quebrando la percepción mecánica de los transeúntes. La pieza propone, además, una observación común, en tanto la cinta decide el recorrido de la mirada de quienes pasan por allí.
Ese mismo año, Carlota Beltrame, Geli González y Martín Guiot dejan de formar parte del grupo. Al siguiente realizan Pornolove (2004) en el Espacio La Baulera de Tucumán. La acción consiste en caminar por el lugar hasta encontrar a otro integrante del grupo e intercambiar una prenda con él, hasta que ninguna de las usadas por cada integrante fuera propia; luego, cada miembro buscaba la ropa propia y devolvía las ajenas.
En 2005, Koti González, María Albarracín y Javier Soria Vázquez quedan como los integrantes definitivos del colectivo. Ellos deciden trabajar con invitados (no necesariamente artistas) y participan con Pepe Fernández (licenciado en marketing y productor) en la convocatoria para realizar la fiesta de apertura del Museo de Arte Contemporáneo de Rosario, en la que adaptan su trabajo Hay lugar al espacio (séptimo piso) que el museo ofrece.
En 2006 se une al grupo Guillermo Stefani y organizan Ojo de pez para el Festival Internacional de Videoarte, Performance e Intervención Urbana, en el que intervienen con artistas de diferentes provincias del país, Uruguay y Chile. El evento se lleva a cabo durante tres jornadas en distintas locaciones de la ciudad de Tucumán. Ese mismo año presentan la primera versión de On line (2006), una suerte de “chat” realizado por medio de escrituras con tiza sobre pizarrones en el espacio público, que repiten en otros contextos, y con la cual participan de Argentina Pinta Bien en el Museo Timoteo Navarro de Tucumán y en el Centro Cultural Recoleta de Buenos Aires. Al año siguiente, Stefani deja el grupo.
En ese momento, las acciones de este colectivo comienzan a incorporar el registro fotográfico y en video con mayor protagonismo. En Hacia donde me lleva el viento (2007), Constanza González recorre la ciudad deteniéndose en cada esquina para verificar la dirección del viento y seguir por ese camino; la performance finalmente existe en su documentación videográfica. En Registro (2008), los espectadores juegan con las imágenes fotográficas de los artistas extraídas de diferentes fuentes, animándoselos a crearles nuevos contextos. Ese mismo año llevan a cabo Sic (2008), una acción que parte de realizar observaciones en el espacio público para luego señalarlas mediante carteles instalados en los mismos lugares.
Para ampliar su formación, Viva Laura Pérez realiza clínicas con Eva Grinstein, Kevin Power y Jorge Sepúlveda. En 2009, trabaja en conjunto con Geli González y Flavia Romano organizando Fiebre de sábado por la performance, un evento en el que participan los más destacados artistas de la provincia de Tucumán. Al año siguiente, se desempeña como jurado en SiTa, una convocatoria anual de intervenciones urbanas.