Argentina es el hogar de muchas figuras culturales famosas que han hecho famoso al país en todo el mundo. Pero pocos fueron tan originales como Jorge Luis Borges. Algunas de sus obras son tan audaces en sus ideas que pueden dejar boquiabierto al lector. Pero a pesar de tan extraordinario pensamiento creativo, el famoso escritor no era ajeno a aficiones bastante mundanas. A continuación queremos contarles una de ellas.
En 1996 se descubrieron cartas del gran escritor, hasta entonces desconocidas, dirigidas a su amigo Maurice Abramovich. En aquella época, Borges llevaba diez años muerto.
Según se supo, las cartas fueron escritas entre 1919 y 1921. En aquella época de posguerra, el joven autor viajó por Europa, y le gustaba especialmente Barcelona.
En aquella época, la ciudad ya era una de las capitales de la vida cultural europea. Y entre los muchos lugares de recreo había casinos. Estaban muy lejos de los modernos establecimientos virtuales de juego. En los últimos años, la industria del iGaming ha introducido miles de juegos diferentes en cientos de casinos. Al preparar el material, nuestros autores estudiaron el mercado actual de los juegos de azar virtuales. Para ello, investigaron varias fuentes temáticas de información. Este sitio web ha proporcionado reseñas de docenas de famosos casinos en línea que ofrecen una increíble cantidad de entretenimiento. Pero muchos de estos juegos ya se conocían de antaño. Pero sólo entonces se jugaban en mesas reales y requerían una visita a los casinos físicos. Que es lo que hacía el joven escritor.
Cabe señalar que Jorge Luis Borges no era conocido como jugador. Tampoco el tema del juego aparecía en sus obras. Pero en aquella época se sentía feliz de vivir una experiencia tan inusual para él. Como el propio escritor contó en una de sus cartas, una noche en el casino tuvo mucha suerte. Empezó la partida con una peseta y en una noche consiguió aumentar la cantidad de dinero en su cartera hasta 60 pesetas. Este éxito en el juego de la ruleta le permitió visitar el burdel durante tres noches consecutivas.
Este caso permite a muchos admiradores del escritor mirar a su ídolo de otra manera. Y en tal contexto el relato «La lotería en Babilonia» comienza a percibirse de forma algo diferente.