Estas pinturas están concebidas a partir de ejercicios introspectivos que desencadenan visiones. En el hangar, Vito Ver y Vito Verá, personajes de sus historietas, flotan en un espacio enorme y candente, como el de una fundición, y son atormentados por máquinas semejantes a las que transportan los crisoles. En cierto momento Ballesteros vislumbra una salida de este ambiente agobiante y los hace volar por los cielos nubosos de Afuera del hangar. Las piruetas de los aeroplanos se relacionan con la historia familiar del artista a la vez que metaforizan la posibilidad liberadora del arte.