Escenas de vida cotidiana dieron pie a Berni para ampliar el género del retrato. El escenario que rodea a las figuras le permitió la elaboración de interiores y vistas externas, donde introdujo los géneros del bodegón y del paisaje. En más de una ocasión, dilatadas composiciones como Primeros pasos, Sol de domingo o La siesta, parecen estar constituidas por la yuxtaposición de fragmentos armónicamente montados. Este sistema compositivo que proviene del collage practicado durante su periodo surrealista, provoca la sensación de que cada elemento representado es ajeno a lo que lo rodea, enfatizando su particular existencia individual, en una atmósfera diáfana pero de extraña raíz metafísica, aprendida de Giorgio de Chirico. Las citas a la pintura clásica se reiteran en Domingo en la chacra –evidente alusión al tema cristiano de la Última Cena– y en otras obras donde aparecen la Sagrada Familia o La Virgen y el Niño.