Desde que en 1988 Miguel Harte se incorpora al medio plástico local, su     obra evoluciona hasta convertirse en referente del arte de los ’90.    Los  materiales industriales, extraídos del entorno doméstico, crean  un    escenario minimalista donde  ocurren imaginativas escenas  atravesadas    por un ácido humor. Patricia Rizzo elabora un amplio  panorama de su    trayectoria.