Lleva a esta artista, que exhibe su obra múltiple en la Galería Müller, un propósito hasta cierto punto indefinido, fruto de una inquietud, a la vez plástica y espiritual. Desde luego, advertimos en primer término una marcada tendencia hacia la versión geométrica de sus ideografías, por la simultaneidad de los colores y su predilección por los ritmos curvilíneos. Mucho es, sin duda, lo que tiene que decir, si bien fuera de la gracia natural de sus combinaciones lineales y armonizaciones de carácter ilusionista, poco es lo que consigue precisar para el observador imparcial. No se limita la artista a un género determinado de procedimiento plástico, sino que alterna y suma las manifestaciones más diversas: pintura al temple y al óleo, tinta, escultura en bajorrelieve, “corporizaciones” abstractas, ilustración, etcétera. El resultado nos da una impresión caleidoscópica que debemos ordenar para nosotros mismos.