Eugenia Crenovich, mejor conocida como Yente –seudónimo artístico y sobrenombre familiar–, fue una de las pioneras del arte abstracto en la Argentina. No son muchos quienes la precedieron en el ámbito local: Emilio Pettoruti –reconocido por Joaquín Torres García como el primero en Latinoamérica– con sus experiencias futuristas de 1914, Xul Solar con sus propuestas simbólico-decorativas de 1918, Antonio Sibellino y Pablo Curatella Manes en contadas esculturas de mediados de los años 20, Juan Del Prete con las pinturas y collages iniciados en 1932 y las esculturas realizadas en 1934, año en que también Lucio Fontana comenzó las suyas en Italia.
En 1932 Yente egresó de la carrera de Filosofía de la Universidad de Buenos Aires. En 1935 expuso por primera vez dibujos figurativos –grafitos y tintas– en Amigos del Arte. Pero en ese mismo año, habiendo trabado relación con Del Prete, dio comienzo a una nueva etapa en su labor artística. El contacto con aquel joven que había traído de París sus trabajos y que en 1933 había realizado la primera muestra íntegramente abstracta del país, la inició en la radicalidad de estas experiencias, que en el orden internacional se presentaban como una suerte de esperanto artístico, capaz –según entonces se creía– de superar los localismos estancos y que prometía una comunidad global de entendimiento estético. Esto se hizo patente y particularmente coyuntural, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, en 1945.