NOTICIAS: ¿Y la gente podrá usar un “Savon de Corps” o es sólo una obra de arte?
Costantino: No, es obra solamente. Hice cien jabones.
NOTICIAS: ¿Tiene conciencia de que su obra despierta vivencias que se asocian con el horror del nazismo?
Costantino: Sí, ese tema me llevó seis meses de reflexión. Consulté con autoridades judías, un rabino y a dos directores de la Fundación Memoria del Holocausto. Necesitaba ese aval, porque desde el arte está todo permitido. La impertinencia del arte todo lo permite. Pero yo no hago nunca cosas que puedan perjudicar. Lo presenté y me apoyaron absolutamente. Les pareció bien que se debatiera el tema, porque no es ofensivo. No es algo alarmante, pero seguro que habrá mucha gente a la que no le guste. Lo que hay, en realidad, es un sarcasmo, ganas de señalar hasta dónde podemos llegar.
NOTICIAS: Sobre todo con la frontera entre arte y espectáculo... ¿esto es arte?
Costantino: Muchas veces junté el producto con el arte. Pero en este caso es arte y soy una artista. A los artistas hay que verlos y mirarlos como tales. Hay que aprender a ver arte contemporáneo. El trabajo del artista es plantear cosas que desestructuren, que llamen la atención. Si yo lograra que un taxista discutiera con un pasajero sobre la loca que se lipoaspiró e hizo jabones, sería genial. Seria bárbaro que creara polémica, pero también hay cierta obligación por parte del artista de no existir solamente por el escándalo.