Para el conjunto de collares con flores, entre los que se encuentra el Collar Frida, realizó piezas en estrecho vínculo con su serie Herbarium, en particular con la obra Flores del muro. Las lanas empleadas en la mencionada obra, ahora se llenan de sensualidad adaptando su presencia a las formas del cuello de la mujer. La obra troca su carga dramática original al transformarse en una delicada joya pensada para interactuar con la piel.
Como hojas que penden del cuerpo o como brillantes frutos, Gai va tejiendo aros con filamentos metálicos entre los que intercala pequeñas cuentas perladas, doradas o plateadas. Estos trabajos llevan naturaleza y organicidad al universo femenino.