Sus primeros estudios –iniciados durante la adolescencia– abarcan aproximadamente quince años. Desarrolla entonces un conjunto de trabajos que en gran parte nunca llega a exponer, en los que experimenta con diversos formatos. Comienza con una suerte de estudio metódico, cuyo fin es perfeccionar las técnicas de representación, guiado por el realismo imperante en la época. Convencido de que su camino personal debía ser de formación autodidacta, no asiste a ninguna escuela de arte ni curso que lo instruya. Desarrolla su lenguaje a partir de la práctica artística, influenciado por el artista Pablo Suárez. Esta modalidad resulta lenta y dificultosa, pero a la vez le impone un tiempo de trabajo que le permite aguardar, sin urgencias, su etapa profesional.