En lo que el artista considera el inicio de su etapa profesional, existe una serie de obras cercanas a la estética pop que transitan con humor, elementos del expresionismo. Hay en ellos una intención no siempre explícita de citación a la obra del artista argentino Florencio Molina Campos, a quién Miguel Harte admira y del que toma sus emblemáticos ojos saltones, que aparecen a lo largo de toda su producción.
A través de la superposición de diferentes registros estilísticos, y desde sus primeras obras, Harte usa distintos mecanismos de seducción con la intención de cautivar el interés del espectador. En esta etapa, el humor se utiliza concientemente con esta finalidad.