Este momento se caracteriza por la búsqueda de una visualidad que se integre al entorno y que no se perciba como explícitamente artística, o con la solemnidad que esta denominación supone. Utiliza fórmicas, papeles laminados autoadhesivos y, entre otros, revestimientos decorativos habituales en el uso doméstico, materiales no comunes al arte ni connotados como tales, cercanos al gusto popular que le proporcionan –en palabras del artista– un tranquilizador efecto de camouflage. También utiliza huevos y cáscaras de huevo, con los que inconcientemente alude a aquello que está por nacer; a su necesidad de protección y aislamiento, al intento, en esta etapa, de un nuevo comienzo.