Walter de Navazio
Paisaje, s/d
Walter de Navazio
Serranía cordobesa, s/d
Walter de Navazio
Paisaje de Córdoba, s/d
Walter de Navazio, cercano a los intereses de Silva, conoce a Malharro a través de Falcini.
En 1913 participa del Salón Nacional con
Las girls,
Camino silencioso y
Fresco vespertino, este último es recompensado mediante adquisición y destacado por la crítica como el mejor paisaje de la exposición.
La prensa de la época vincula su estilo al de los españoles Anglada Camarasa y Darío de Regoyos.
Pinta montañas, quebradas, valles fértiles o regiones áridas con diferentes notas de color. El paisaje de Córdoba provee la mayoría de sus motivos, a los que se suman los tomados en el Jardín Botánico y los bosques de Palermo. En algunas obras utiliza una paleta azul-violácea, aunque también los verdes y amarillos reverberan en sus telas trabajadas con pincelada impresionista.
En 1916 expone en el Salón Witcomb un conjunto de obras entre las que se cuentan Hiedra, Carmencita, Quietud, Rosas, Mañana en el Río de la Plata, Paisaje de San Pedro - Córdoba, Paisaje de San Isidro, Jardín Botánico, Sauce, Otoño, Paisaje gris, Invierno y Mi amigo el poeta F. de Amador, quien prologa el catálogo.
Las revistas especializadas lo reconocen como uno de los mejores paisajistas del momento, afirman que es un colorista sutil e inspirado cuya pintura trasunta gran espiritualidad, casi siempre de tono melancólico y triste.
En junio de 1919 presenta en la Comisión Nacional de Bellas Artes 16 paisajes serranos pintados en San Alberto y San Javier, provincia de Córdoba. Al comentar esta exhibición, Manuel Rojas Silveyra insiste sobre los rasgos de nacionalidad que registra su pintura.
En 1923, a dos años de su muerte, sus amigos organizan una exposición homenaje en el Salón Müller, ocasión en la que Amador escribe:
“[...] era el pintor del espiritualismo de la naturaleza y sus paisajes porteños, cordobeses o itálicos no eran tan solo referencia pictórica de una determinada región. El lugar era un simple pretexto. [...] Hay pensamiento, emoción, símbolo. Eso es lo que persigue y a veces sin saberlo, la espontánea inspiración del artista, una oportunidad de reconocerse, triste o alegre, superficial o profundo, sobre el espejo imparcial del universo.”