Más de setenta poemas y casi un centenar de dibujos son las últimas obras con las que Maresca enfrenta su infatigable necesidad de hacer, aún con su salud quebrantada. En cuadernos de apuntes, con tintas, pasteles, marcadores y lápices, traza memorias de lo vivido, reflexiones de lo que acontece, presentimientos de lo porvenir. En sus poemas, escritos entre 1993 y 1994, desgrana de manera intensa, a veces descarnada, sus sentimientos en torno a El amor-lo sagrado-el arte, título del libro publicado en 2006. El impulso vital, el dolor y la muerte son tema recurrente de estas composiciones. Los dibujos comparten con ellas su carácter de diario de emociones: retratos imaginarios o vistos, pero resueltos siempre con penetrante expresividad. La serie más numerosa es aquella de las Mascaritas, algunas elaboradas con trazo seguro y continuo, iluminadas con delicados tintes, a veces transparentes. Otras, pictóricamente empastadas, con trazo furioso y color estridente. Recursos diversos para dar cuenta de una variada galería de temperamentos y actitudes, en las que no falta ni el dramatismo ni el humor.