Fue en ese año cuando Yente realizó una muestra donde exhibió los resultados de su incursión en la tendencia, en coincidencia con la eclosión de las agrupaciones abocadas a realizar y difundir el arte concreto en el Río de La Plata.
Las pinturas abstractas más antiguas de Yente datan de 1937, por lo que fue la primera artista mujer que practicó esta clase de arte en la Argentina y así es como debe recordarla la historia del arte argentino y latinoamericano. Durante más de cincuenta años sostuvo este tipo de manifestaciones, alternándolas con trabajos figurativos. Su producción rica, variada y heterodoxa, se fue modificando con las épocas y bajo la presión de las experiencias que la artista se iba planteando. Su obra abarca desde las caricaturas y las representaciones de los primeros tiempos, las pinturas y los objetos geométricos de las décadas de 1930 y 1940, época también de su constructivismo de inspiración precolombina, hasta sus abstracciones libres de los años 50 y las figuraciones expresionistas que predominaron en las décadas del 60, 70 y 80. Todo ello migrando continuamente de técnicas y soportes, desde el dibujo, la pintura al agua o al óleo hasta los objetos, el collage, el ensamblaje, los textiles, las ilustraciones y los numerosos libros de artista –por ella denominados “libros ilustrados”– que fueron insertándose a lo largo de una producción que con frecuencia imbricó abstracción y figuración.