Seis libros inéditos, desarrollados en estampas hechas con gouache, exhibe Yente en la galería Viau. Digamos, sin reservas, que esta séxtuple serie de pinturas importa un conjunto de excepcional interés. El arte de la ilustración no ha alcanzado, entre nosotros, niveles demasiados levantados. Yente posee, para este arte, muy raras cualidades. Hay en ella, en efecto, fantasía, gracia, espiritualidad, un sentimiento muy vivo del color y un dominio técnico que le permite despojar sus elementos hasta llegar a síntesis de muy simplificada apariencia. Cada tema –cada serie de temas, sería más exacto decir– le impone a Yente una técnica distinta, distinto tipo de dibujo y hasta distinta paleta. Si unas veces domina en sus ilustraciones un movimiento de líneas rectas y una armonía de tonos vivos atrevidamente contrastados, otras veces su línea ondula con gracia espiritual y sus tonos se armonizan en delicadísimas gamas. Su “Libro de María” –que sintetiza probablemente sus mejores cualidades– se halla en este último caso. Mediante la simplicidad de las líneas, la planificación de los tonos y la serenidad de la composición la artista ha logrado espiritualizar sus motivos dotándolos de un clima en que el acento moderno no apaga el timbre de vieja imaginería religiosa que anima sus finas y sugestivas estampas.