Las afinidades artísticas son comunes en las parejas dedicadas a estos quehaceres, aunque distinto sea el nivel expresivo o los énfasis estilísticos. Tal podría ser el caso de Yente y Juan Del Prete. Ignoramos en qué medida el pensamiento de ella (egresada de la facultad de Filosofía y Letras) ha influido en él. Lo cierto y evidente (se percibe en su propia pintura) es la admiración que Yente le profesa, identificándose con su lenguaje, con un acento personal. En la muestra retrospectiva (1937-1961) presentada por Yente (o Eugenia Crenovich) en las salas de la Librería Sarmiento, se aprecian diferentes experiencias abstractas en las 32 obras, realizadas con diversos elementos (témperas y óleos, relieves totémicos en celotex y esculturas no figurativas). La modalidad formal y estructural de sus trabajos se puede analizar diversamente. En lo primero, se particulariza por una constante investigación, con resultados dispares, pero siempre con una tónica de espontaneidad colorística; definida por un registro cromático generalmente alto; elaborado con poco o mucho empaste, según se trate del primero o último período. En la estructura abstracta prevalecen las líneas de fuerzas angulares sobre los ritmos curvos.
Una sensación vital se percibe en su constructivismo abstracto, de tensa dinámica, tanto como en el expresionismo lírico, a veces logrado con