En 1984 Zabala inicia su serie Duplicaciones, reproduciendo con técnicas plásticas tradicionales (tinta, pastel, collage, etc.) tapas de revistas internacionales como Der Spiegl, L'Express y Time. Amplía el alcance de la acción relacionándola con las nociones de réplica, derivación, imitación, recreación, interpretación y analogía. La paradoja de que los verdaderos “originales únicos” sean las “copias”, otorga al arte el poder de desbaratar la unidireccionalidad del sentido. Igual mecanismo emplea luego en los diarios, anulando el contenido informativo del texto, para resaltar la forma que lo diagrama.