De acuerdo con las poéticas de la época que favorecían la participación activa del espectador, Berni experimentó con las ambientaciones. En 1967 realizó La caverna de Ramona en Rubbers, ocupando totalmente la galería con objetos, estructuras y luces diseñados para recorrer y sumergirse en el funambulesco universo del personaje. El Mundo de Ramona, presentado en ExpoShow en 1970, fue un espectáculo multimedia con una puesta en escena compleja de la que participaron desde los Monstruos de 1965 hasta recursos tomados del teatro negro de Praga. Para La masacre de los inocentes, montada en París en 1971, realizó con restos mecánicos, objetos de plástico y otros materiales de rezago, una siniestra armada de Robots. Cinco años después, en La Difunta Correa, recurrió al cuadro-relieve ambientado con ofrendas y exvotos, recreando los santuarios de esa devoción popular.