La marcha de los cosecheros, La comida y Los hacheros son algunas de las grandes composiciones al temple que integran la serie santiagueña. El recatado sufrimiento que trasuntan estas obras se contrapone al horror sembrado por los destructivos monstruos voladores de Bombardeo. Otro alegato contra la violencia se distingue en El obrero caído, donde vuelve a aparecer la paloma de la paz y apenas reintroduce el collage, en el encaje de papel que orla la cabecera del féretro.
En el Museo de Bellas Artes de Santiago del Estero diserta sobre "La pintura, su técnica y elementos esenciales. Panorama de la pintura actual". En San Antonio de Areco recopila, para utilizar en su obra, tipos y paisajes bonaerenses.