de esencia de Nicola, 20% de aceite de coco, 20% de aceite de pita de palma, 0,5% de lanolina, hidróxido de sodio y óxido de titanio. Su forma es la de un torso femenino de suaves curvas; huele a leche con caramelo.
El Savon de corps, que se presenta sobre una jabonera de vidrio diseñada por la artista, en un elegante exhibidor, es parte de una instalación. Lo acompaña un gran anuncio con la fotografía de Costantino en la posición típica de una modelo que proclama las virtudes de un producto destinado a la higiene y la belleza personal. La sugestiva “modelo” está en una piscina, con ropas casi transparentes de su propia confección, con las piernas sumergidas en el agua, mirando el objetivo de la cámara. El anuncio, una caja luminosa de 250 x 200 cm., que proclama las virtudes del particular jabón, sugiere: “Prends ton bain avec moi” (Báñate conmigo). El idioma francés es parte de la estrategia publicitaria, remite al glamour del mundo de la cosmética y al lujo.
Más allá de la erótica invitación y del deseo consumista que pueda provocar el anuncio, la obra suscita cierto malestar. Sin duda, lo traumático es la posibilidad del contacto del propio cuerpo con la grasa extraída del cuerpo de la artista. Los fluidos del “otro” son sucios, repugnantes, abyectos.
Savon des corps se alinea en una de las vías del arte abyecto, que según Hal Foster se reconoce por la representación de la condición de la abyección “a fin de provocar su operación (...), hacerla reflexiva e incluso repelente por naturaleza”. Para el arte abyecto, lo abominable es siempre un parámetro principal. El concepto, comprendido de manera amplia, reúne obras como Merda