y recomiendan, desde un lugar de “lúcidos autoformados”, no asistir a la muestra de Nicola Costantino, menospreciando la capacidad de juicio del público.
“Los artistas siempre están empujando un límite, un borde, y abren zonas nuevas de pensamiento, de sentido, de noción, de reflexión, de visión. Esa tensión, el empuje del límite, es parte del movimiento del arte. Sin embargo, el escándalo, aun siendo un instrumento de acción simbólica por excelencia, no es el único camino de correr el límite. Hay obras silenciosas que desplazan los bordes e iluminan territorios nuevos”, agrega Moholy‑Nagy.
El compromiso con que abracé mi rol de artista contemporánea desde hace mucho tiempo me ha permitido abordar temas delicados, hablar de violencia con violencia. “La estética de lo ominoso”, como define mi obra el psicoanalista Carlos Kuri: la construcción de la belleza y la seducción, desde lo más abyecto. El cuerpo animal, los calcos de piel humana y, ahora, mi propio cuerpo constituyen la arena para el debate.
Otra crítica se compadece de las obras cuya observación no basta para explicarlas y necesitan de un dato externo para ser comprendidas. La debida contemplación de Savon de corps sugiere los elementos (lipoaspiración, jabón, mi propia grasa) que construyen su sentido. Tom Lupo, es notorio que desconocés mi obra y la obra de Piero Manzoni: guardá tu mierda si querés, pero ya lo hizo él hace más de cuarenta años.