desmaterialización, donde se crea ese Vacío aludido por Hugo Mujica en su texto. Es allí, en ese universo creado ex profeso, donde posiblemente Roberto Elía ha podido crearse el hábito de indagar de manera cotidiana otros destinos para nuestra cultura en sentido amplio, que se construyen desde lo ínfimo, desde lo leve, y se traducen a una lengua difícilmente descifrable que se llama, tal vez, Poétika.