Elía-Stupía. Aquello que el artista llama sus Herramientas o sus Instrumentos ha sido uno de los temas de la exposición, que ya había sido tratado también por Victoria Verlichak.
El broche de la ropa en sus múltiples apariciones, los papeles que son el resultado de su trabajo con fuego y posteriormente con cloro, ciertas obras que se han constituido en símbolos, como el Pincel de fuego, las obras intervenidas con papel que tiene inscripto el mapa del universo, etcétera. Pero, además, se reveló la justificación de traer elementos esenciales con los cuales Roberto Elía convive a diario que no constituyen todos ellos obras en sí mismas, pero que forman parte del universo por él generado. Estos son: Centro, 1968/03, instalación para la cual Elía tiene una habitación de su casa destinada a ella. Ésta constituye un espacio de trabajo, de reflexión y de meditación para el artista. Otro es el Armario que contiene infinidad de componentes que podrán llegar a formar parte de obras, o que contienen la razón de ser de la construcción de un trabajo, o que dan lugar a la formulación de un juego lingüístico. La Mesa, que tampoco es una obra, pero que ha dado lugar al texto escrito por Horacio Zabala, fruto de la observación de la misma en el taller del artista.
Se trata de espacios generadores, de allí la expresión Laboratorio, donde se producen transformaciones, donde se operan de manera concreta las traslaciones entre esas tensiones objeto - concepto, materia -