las sociedades de masas, donde el espacio público se ha desmaterializado y el contacto interpersonal ha desaparecido.
Sin embargo, frente a esta situación, Martha McCoy considera que algunas manifestaciones del arte público pueden favorecer un diálogo civil productivo, en el que los artistas cumplan un rol en la creación de reales condiciones propicias para un debate cívico cara-a-cara.
Tal lo sucedido en Lanín. Partiendo de su taller, Santa María se extendió a las casas aledañas y luego, por pedido de los vecinos, fue interviniendo la mayoría de las restantes. Si bien las decoraciones de los frentes se corresponden con las tipologías formales de su obra abstracta, y muchos de los motivos son desarrollos murales de sus ideas acerca de la pintura, los vecinos participaron en la elección de colores y en el grado admisible de transformación de sus propiedades. En ocasiones el barrio se reunió en cónclave deliberativo y celebratorio de la acción emprendida, como forma de seguir impulsando la intervención artística y constatar una personalidad por la que alcanzaran una identidad distintiva.
Es posible concebir cuatro aspectos básicos que caracterizan al arte público: el primero está dado por la temporalidad, ya que la manifestación puede ser efímera, temporaria o de larga duración. El segundo aspecto es formal y está asociado al recurso técnico elegido: puede tratarse de una