Humberto Rivas [...] que expone sus retratos fotográficos en la galería Artemúltiple de Buenos Aires, comenzó siendo pintor. Sus primeros trabajos fueron paisajes sólo cruzados de tanto en tanto por diminutos caminantes o vecinos del lugar; algo bastante alejado de los primeros planos actuales. Es que la obra de Rivas parece un lento camino hacia el encuentro del personaje.
Fue en 1955 cuando, impresionado por las imágenes de los films de Ingmar Bergman, adquirió un pequeño equipo fotográfico y comenzó sus experiencias con la cámara. Su inclusión, como pintor, en la muestra “Surrealismo en la Argentina”, tuvo singular gravitación en su trayectoria posterior. Cada pintor presentaba dos obras que se exponían junto con un retrato fotográfico del autor realizado por Anatole Saderman.
Impresionado por los efectos de su propia imagen, Rivas empezó a interesarse más directamente en el arte de la fotografía. De todas formas surgen algunos inconvenientes: su formación pictórica hace que sus obras parezcan telas fotografiadas. En esta incertidumbre se debate […] hasta que decide visitar a Saderman. Nace entonces una amistad a la que Rivas asigna trascendencia por el consiguiente enriquecimiento humano y teórico. Saderman será “el maestro”.