[...] En el noventa por ciento de los lugares donde se enseña fotografía no se hace como una capacidad expresiva. He dado clases en muchos puntos de España y he encontrado muy pocos donde los alumnos en fotografía estudiaran Historia del Arte: Debería ser imprescindible. Encontrarte un fotógrafo en una exposición de pintura es casi milagroso [...]
[...] Nosotros –mi esposa, que es pintora, y yo– nos conocimos en Buenos Aires hace ya muchos años. Cuando decidimos irnos a vivir juntos en Argentina lo celebramos viajando a Europa por un periodo de tres meses. Nuestro recorrido nos trajo a España, un país donde encontramos cosas que nos gustaron mucho. Tres o cuatro años después, cuando decidimos marcharnos de Argentina porque la violencia que se vivía era terrible, lo que hacía imposible permanecer allí, optamos por asentarnos en España. Cuando nosotros llegamos quedaban
muchos miedos pendientes en la gente, puesto que la muerte de Franco había ocurrido hacía poco. A pesar de eso, Barcelona estaba en plena efervescencia cultural. Nos gustó y reforzó nuestro deseo de permanecer aquí.
[...] Nunca en fotografía he hecho algo a propósito. Siempre me dejo llevar por mis impulsos, por lo que yo tengo ganas y siento en ese momento. Aunque sí es cierto que existen unos temas que me pueden interesar más que otros, como por ejemplo la soledad y lo que eso implica con respecto al silencio, lugares aparentemente vacíos pero donde existe una presencia. Me importa mucho qué es lo que transmite la imagen y si hay angustia en un paisaje esto es lo que debe transmitirse en la fotografía. Creo que ninguna palabra puede añadir nada a mis imágenes, quizá por eso lo del silencio.