La importancia de esta primera exposición antológica póstuma de Humberto Rivas en la Argentina radica no sólo en la cantidad y calidad de las fotografías exhibidas y en el cuidado guión curatorial, que permitió una lectura clara y precisa de su vasta obra, sino también por haber acercado al gran público el trabajo de toda la vida de este artista fundamental de la escena internacional, considerado un gran maestro de la disciplina por toda la legión de fotógrafos que se formaron bajo su tutela o que desde hace tanto tiempo seguimos y estudiamos su obra enorme, rica, profunda, un trabajo que trasciende lo puramente fotográfico para instalarse en un plano de elevada concepción artística.
[...] Tanto la estudiada composición, la elección del punto de vista, la elaboración del contraste, los acentos que genera la luz en el cuadro, como el aplacado ademán gestual en el caso de los retratos, reafirman una idea que se vuelve central en el pensamiento de Rivas: la imagen como construcción proyectual. No sólo los aspectos técnicos superlativos que dominaba, que le permitían lograr un negativo perfecto que no necesitaba retoques posteriores en el laboratorio, sino también el complejo sistema de referencias y citas que manejaba, dan cuenta de la envergadura artística de Rivas. Toda su obra, construida en base a una distancia crítica-analítica con el sujeto fotografiado sin importar su naturaleza, trasciende el género