Fechado en 1946 existe un conjunto de pinturas y relieves abstractos, al que se suman algunos ejemplares con elementos figurativos, que tienen características comunes, ya que por su morfología, composición y tratamiento cromático, hacen alusión a objetos provenientes de las culturas precolombinas, sobre todo textiles, estelas o esculturas con la imagen de algún ídolo antropomorfo.
Estilizaciones de guardas dentadas, estructuras de bandas paralelas de colores brillantes que se disponen alternadamente en grupos verticales y horizontales formando un damero, esquemáticos personajes de actitud hierática, con los brazos pegados a un tronco recto y facciones sugeridas por medio de figuras geométricas –sobre todo rectángulos, cuadrados o formas en “L”–, construcciones que evocan lo monumental que reiteran estas decoraciones, pueblan una veintena de obras que se desarrollan entre 1946 y 1947, reapareciendo en forma breve en un par de tapices bordados de 1958 y en unos pocos relieves de comienzos de la década de 1960.
Una témpera que Yente pintó en 1943, parece ser el germen de toda esta serie, sobre todo de aquellas piezas protagonizadas por el llamado “motivo totémico”, denominación genérica que la artista adoptó para referirse a la dimensión espiritual de estos personajes y su entorno ritual, como esa especie de altar sacrificial evocado por Relieve con motivo totémico IV de