de Navidad’, sus temples se ciñen a las normas de la imaginería sacra y –en el primer caso– apagan sus tonos, acordándolos con los suaves milagros que evoca. Otras veces su paleta se libera de trabas y retoza ágil, feliz. Produce entonces trabajos como la serie pintoresca de ‘Circo’, tan divertida, tan audaz, en la que se destaca un inolvidable malabarista […]”.
Únicamente realizó otra exhibición solo compuesta por libros en 1957 en la Galería Alcora. Para otras exposiciones más abarcadoras, como su retrospectiva de 1958 de la Sociedad Estímulo de Bellas Artes, seleccionó algunas de sus ilustraciones.
Los temas religiosos, tanto los del Nuevo como los del Viejo Testamento, se sucedieron, aparte de los mencionados, en el libro de Los Macabeos, témperas y collages realizados en Génova en 1965, que dedicó a su padre y sus abuelos, por referirse a caras tradiciones judías. En esta carpeta, de la que se conservan 12 piezas, ya desde la tapa resalta el empleo de telas con un diseño de rayas en blanco y negro dispuesto en diagonal. Estos elementos evocan la estola o talit que se usa para las ceremonias y la oración y los hilos representan los flecos o tsitsit, símbolo sagrado que orna el talit. El conjunto tiene una fuerte impronta de violencia, acentuada por los fuertes rasgos expresionistas elegidos para su realización. Yente tomó del Antiguo Testamento el Libro I de Los Macabeos que narra la