La vorágine
(ciclo Un gusano como tantos), 1962
La ola y la luna (3 primeras estrofas), 1941
conjuntos, considerándolos –así lo afirma en su manuscrito de 1982– como obras independientes, en pié de igualdad con respecto a sus cuadros.
Entre los libros infantiles, como el Libro de Navidad y La batuta mágica dedicados a sus sobrinos, están también los del ciclo Un gusano como tantos que incluye Cuento chino, El gusanillo intrépido y La vorágine, realizados entre 1962 y 1963, los dos últimos en Génova, cada uno de ellos con más de una versión en diferentes formatos. Desarrollan una fábula protagonizada por una familia de gusanos que aspiraban a volar. En esta ocasión Yente empleó cartulinas y papeles de vibrantes colores, incluyendo metalizados, con los que armó las representaciones geometrizadas, calando, recortando y pegando, sin mayor intervención de los medios pictóricos, excepción hecha de la escritura de algunos textos y toques que enfatizan o dan entorno a las figuras. Es en estos en donde la abstracción se vuelve a hacer sentir, sobre todo en La vorágine, en las escenas de movimiento vertiginoso.
Otros emprendimientos que por su formato –pinturas y collages de distintos tamaños, algunos montados sobre soportes rígidos– no llegaron a constituir libros, son sus poemas ilustrados.
Tarde de domingo,
Primavera,
La ola y la luna,
Noche en el mar,
Las sirenas y
Perico se quiere casar, son fábulas escritas en 1941 con versos sencillos y tono juguetón, seguramente dedicados a los niños de su familia.