antológica de su obra abstracta en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba). En ellos Yente ensaya un informalismo gestual, con manchas y chorreados realizados con tintas de colores, que contrarían con sus brillantes tonalidades –campean el magenta, turquesa, violeta, verde agua, amarillo limón, azules claros y hasta el plateado–, la severidad cromática del informalismo que entonces se daba a conocer en Buenos Aires a través de la obra de artistas como Alberto Greco, Kenneth Kemble o Luis Wells. La gama empleada por la artista y el uso de transparencias, parece más relacionado con un optimismo vitalista y decorativo que con el oscuro dramatismo existencial, característico de dicho movimiento.