carpetas, cortinas– junto a papeles, fotografías e ilustraciones de revistas recortadas, fósforos, cartones y piolines, se sumaron a pinceles y pomos de pintura para formar parte de la caja de útiles con que dio vida a varias series durante las décadas del 60, 70 y 80.
Los Macabeos, libro de artista al que ya nos hemos referido,
es una de sus obras basadas en la Biblia. Tanto en ella como en los trabajos dedicados a
Adán y Eva, (1965-1966) los textiles tienen enorme significación. Esta última serie, que fue expuesta en la Galería Van Riel en 1967, se dividió en dos núcleos
El Jardín del Edén y
Después del Paraíso. En el primero Yente empleó, casi exclusivamente, pintura de colores luminosos. En contraste, para el segundo, con trapos rejilla compuso espectrales siluetas –
Sin título y
Eva, ambas de 1966– en medio de una masa pictórica accidentada, de acentos dramáticos, acentuados por lo raído de los tejidos.
De forma aislada aparecen fragmentos de telas en un par de realizaciones de 1967, que integran un amplio conjunto en el que predominan los recortes de publicaciones periódicas. En Donne del mondo y Le vacanze adorna las imágenes de cosmopolitas y desenvueltas mujeres contemporáneas con retazos estampados con colores fluorescentes, muy a la moda en la época, para representar sus juveniles y audaces atuendos.