Son piezas realizadas durante una de sus estadías europeas y fueron mostradas en 1968 en la Galería Van Riel bajo el título Turistas en Italia.
Fuera de estos casos, y algún otro referido a una actualidad de fuertes cambios sociales, las obras que incluyeron textiles fueron destinados a una larga galería de retratos familiares, realizados en base a viejas fotografías, costumbre que Yente había estrenado ya en dibujos de la década del 30. Para esta producción que comenzó en 1968 –Las tres hermanas– y se concentró al inicio de los ’70, utilizó sobre todo encajes, tules, puntillas, y toda clase de hilados, evocativos de antiguas labores y vestimentas. Así dio contexto de época a los personajes –fines del siglo XIX y comienzos del XX–, al tiempo que con su agregado y el tratamiento pictórico enternecía las rígidas y convencionales poses que involucraban tanto a miembros de su familia –su madre, sus abuelos, sus hermanos y tíos– como a la de su marido. Precisamente del taller de modista que la hermana mayor de Del Prete tenía en Génova, desarmado luego de su fallecimiento en 1967, la artista obtuvo la mayor parte de estos materiales.
Al rescatarlos y aprovecharlos en su trabajo, Yente hizo un doble operativo: los integró a la categoría artística y potenció su carga emotiva, otorgándoles el carácter de reliquia familiar, disparador de memoria evocativa. Por eso parece tan oportuna la denominación de “Retrato-recuerdo” que asignó a estas realizaciones. Expuso varias de ellas –Retrato-recuerdo (Mamá con