La condena sin proceso
1974
Sin promesa de paraíso. Aprisionados, 1974
En octubre de 1976 Yente mostró en la Galería Van Riel dos series: seis obras se agruparon bajo el título Con corona de martirio y siete se nuclearon en Sin promesa de Paraíso. Resuena en ellas el clima dramático de trabajos de la década anterior como las escenas de violencia del libro Los Macabeos (1965) y las correspondientes al destino de Adán y Eva luego de la Expulsión comprendidas en Después del Paraíso (1966).
El conjunto dado a conocer en el 76, resulta conmovedor: en todas sus piezas el ser humano se debate frente a un destino opresivo y brutal. La artista se valió de los mártires de la hagiografía cristiana, ya sea el mismo Cristo –reconocible en La condena sin proceso de 1974–, San Esteban –primer lapidado por la intolerancia judía– o San Sebastián –muerto a manos de sus propios compañeros de armas romanos– para hacerlos uno con las víctimas del furor fratricida desatado en Latinoamérica en aquella fatídica década.
Sin duda fue motivo de honda preocupación para Yente el terrorismo de estado que imperó tanto en la Argentina como en Chile, nación esta última en la que vivía una parte muy cercana de su familia sanguínea, algunos de cuyos miembros debieron emigrar luego del golpe militar de 1973. Precisamente de 1974 es Sin promesa de paraíso. Aprisionados, una composición en la que tres listones de madera ensamblados dividen la superficie en dos estrechísimos compartimentos verticales, en los que