“ABSTRACCIONES 1957” titula Yente su serie de cuadros –a los que agrega tres deliciosos tapices– presentados en Van Riel. Y si ya era conocida su obra, extensa en nuestro medio y trascendida siempre a pesar de la humildad de que está rodeada su labor, en este caso no se puede eludir una amplia aprobación para la justeza con que sigue encarando este aspecto de la pintura.
Hay en sus piezas un permanente equilibrio de los valores imaginativos y sus concreciones en la zona de planos que, por imposición de sus impulsos espontáneos, no se repiten. Yente no es pintora de cuadros abstractos en serie, y si bien existe esa lógica relación entre una y otra pieza a veces, no es más que la derivación de las consecuencias a que puede presentarse un descubrimiento. [...] Por otra parte su paleta es limpia, clara, diáfana en cuanto a la trasposición del color, que no aparece supeditado a teóricas relaciones. Su ritmo armónico, su organización por correspondencias –desde la dimensión del cuadro hasta la utilización de los planos– es un mérito que es necesario fijar, aun cuando a veces hay que deponer principios acostumbrados para situarlos. [...]