Pinturas realizadas en el año 1959 y en el presente, reunidas en la Galería Yumar, bajo la designación de “impresionismo abstracto”, son las que exhibe la conocida pintora Yente en esta nueva presentación. Puede chocar acaso esta unión de dos tendencias que en la historia de la pintura, precisamente están separadas por una evolución que son los polos opuestos –o por lo menos las dos etapas opuestas– de su proceso de los últimos cien años, pero a poco que el espectador se sitúe frente al estudio, o mejor dicho la contemplación de esos cuadros, comprenderá que se trata efectivamente de un intento –si ese fue el deliberado propósito de la artista– bien logrado.
[...] Yente, ordenadora clásica, diríamos, de esa libertad incondicional que se hizo por momentos desorden instintivo, ensaya aquí una nueva interpretación de esas dos maneras, que son la unión de sabias leyes colorísticas –aunque dé la sensación de una interrelación empírica– y formas actuales, si por formas se entienden los espacios creados con el color prescindiendo de toda figuración y de toda utilización de los elementos tradicionales. Alguna huída hacia el informalismo pone su nota estridente en este sereno remanso de la pintura de Yente, en una exposición que merece visitarse porque llama a la reflexión sobre algunos olvidos artesanos en la desordenada pintura de hoy.